Un cuento de mil o diez mil, o cien mil noches enteras
El primer empujón de la mañana cuesta, cuesta como una rampa hacia arriba. Aturdidos caminamos con la esperanza de superar el repecho y llanear, relajar la respiración acelerada, recuperar el resuello, y encarar el día. Hay días, dulces, tristes, luminosos, opacos, hay días eternos y otros fugaces, hay días serenos y algunos inquietantes. Hay mañanas […]
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