Los vecinos y vecinas de la Calle Dos de Mayo nº1 de San Sebastián de los Reyes están desesperados. Tan solo quieren instalar un ascensor en su comunidad, y teniendo la licencia, el proyecto, la empresa, el préstamo ICO… parece tarea imposible. Varios años llevan en el intento.
El propietario de un local del edificio les prohíbe la entrada para continuar las obras, no paga, les chantajea y se adueña de espacio comunitario, según los vecinos.
Han recurrido a todo tipo de procedimientos, a instancias judiciales y al Ayuntamiento, pero casi dos años después de iniciarse las obras, el ascensor no existe, las obras se deterioran, los préstamos hay que pagarlos, provisión de fondos para la demanda judicial y la vecindad de mayor edad ve como se agrava algo tan cotidiano como salir o entrar en casa.
En abril de 2018 la comunidad de propietarios de la Calle Dos de Mayo nº1 de S.S. de los Reyes ya había decidido, por unanimidad y sin impugnación alguna, la instalación de un ascensor y salva escalera por importe de unos 58.000€, la solicitud de un préstamo ICO y la empresa que ejecutaría las obras.
En julio de 2020 comienzan las obras, y en septiembre el dueño del local del edificio, que tiene entrada por la Calle Cristo de los Remedios, niega la entrada a la empresa instaladora del ascensor. Por diferentes medios y en diferentes fechas, la comunidad solicita la entrada a sus instalaciones para poder continuar con las obras, pero la negativa persiste, hasta que finalmente las obras deben paralizarse y los vecinos y vecinas no encuentran otra vía de solución que interponer una demanda judicial, que aún está pendiente de resolver.
Respecto a los acuerdos de instalación o sustitución de un ascensor, «la doctrina jurisprudencial y la Ley de Propiedad Horizontal establecen que el acuerdo resulta obligatorio para todos los comuneros, tanto a los que hayan votado favorablemente, como a los que han disentido, y eso supone que deben permitir que se lleve a efecto y abonar, lo que le corresponda a cada uno».
El dueño del local, no solo no permite la realización de las obras, sino que no paga y además somete a chantaje a la pequeña comunidad de propietarios. Previo a la demanda el dueño del local remite a la comunidad un documento en el que condiciona el dar acceso a su propiedad, para la realización de las obras del ascensor, a que sea exonerado ahora y siempre de cualquier pago y gasto que tenga ver con el ascensor y que además le indemnicen por la cesión volumétrica de espacio.
Los vecinos y vecinas de este inmueble situado frente al colegio Silvio Abad, aseguran que el ascensor va ubicado en espacio comunitario, pero las obras precisan el acceso y la intervención en el citado local que tiene 24 m2 según el Registro de la Propiedad. La comunidad asegura que este señor tiene ocupado unos 100 m2, habiéndose apropiado de espacio común, y que además afirma pagar un IBI por unos 100 m2. (este impuesto se paga al Ayuntamiento).
La Comunidad ha recurrido también al Ayuntamiento, solicitando al Alcalde y al Vicealcalde una inspección del local que determine sus metros, y así desbloquear una situación insostenible que se alarga casi dos años. No saben la razón pero si saben que no les hacen ni caso, que no tienen voluntad de colaborar teniendo los medios para ello.
La vecindad que solo quería instalar un ascensor, ve deteriorarse las obras paralizadas, deben afrontar unos importantes pagos por un servicio imprescindible que no ven hacerse realidad, entrar en litigios judiciales,… y no encuentran amparo en sus más directos gobernante:
«Estamos hartos de la dejadez del Alcalde y Vicealcalde, hacen caso omiso a nuestras reclamaciones, les hemos pedido por activa y por pasiva que nos manden a alguien de Urbanismo para la investigación de uno de los locales que tenemos en la comunidad.» Tenemos parada la obra del ascensor por qué este señor nos niega la entrada y nos chantajea, cuando en el registro de la propiedad consta como local de 24 metros cuadrados y este señor está ocupando supuestamente unos 100 metros, por eso hemos pedido al consistorio una investigación de de dicho local, pues llevamos casi dos años sin poder montar el ascensor por la negativa de este señor. Para más coña el ascensor irá en lo que supuestamente es zona común de la comunidad que este señor ha ocupado por su cuenta durante la pandemia, supuestamente. Este es el talante del Alcalde y su ayudante Perdiguero, ni caso a los vecinos.»