A muchas personas, antes incluso de que existiera esta formación política, ya nos daban asco. Asco y repugnancia porque son los herederos de la santa inquisición, dedicada a quemar vivos a los hombres y mujeres de ciencia, perseguir sin descanso a la gente culta, a la rebelde, e imponer sus leyes a sangre y fuego.
Asco y repugnancia porque fueron los genocidas del pueblo español, los del tiro de gracia, los que regaron las cunetas de cadáveres, e hicieron exiliarse a miles de personas entre las que se encontraba lo más granado de la intelectualidad española, y mostraron especial saña hacia los maestros y maestras por el delito de enseñar.
Así es como fueron, y así es como serían si les dejáramos, no tengáis duda, volverían al tiro de gracia, a fusilar en los paredones, a raparnos la cabeza y darnos aceite de ricino, y no dudarían en volver a llenar las cárceles. No se andarían con miramientos para reprimir la libertad, para perseguir y castigar por orientación sexual, política o cultural, y se mostrarían y se muestran déspotas, autoritarios y crueles.
No tienen inconveniente en mentir, falsear y engañar, tergiversan la realidad construyendo noticias falsas que aprovechan para difamar y acusar sin presentar pruebas. Son los patriotas de monterías, los de las mantillas y corridas de toros, señoritos de cortijo que pasean a caballo y pican espuelas, y gustan también de ensayar el tiro por si tienen que salir a matar.
Son también los caciques patrios, los que están acostumbrados a dar órdenes, amenazarnos y comprar voluntades, expertos en confundir a la gente para desestabilizar el país e imponer nuevamente su dictadura, dictadura que por desgracia conocemos bien. Pero lo hacen en nombre de Dios y por España, por esa España en blanco y negro, amargada y triste que le gusta al nacional catolicismo, apostólico y romano.
Por lo que más queráis pueblo español, qué no nos vuelva a pasar, qué no nos lleven nuevamente al ostracismo de la historia y al atraso secular, a los comportamientos machistas, autoritarios y violentos, al sarcasmo y el despotismo de los que se creen dueños y señores de nuestra querida España.
No pasaran, esta vez no, haremos todo lo necesario para defender la libertad, para luchar por la sanidad y educación públicas, por salarios dignos, y por la igualdad de oportunidades. Incluso, vamos a ser capaces de unirnos, de combatir, y mostrarnos inteligentes para frenar al fascismo que quiere regresar.
Alfonso.