Deduzco que no será probable, porque posiblemente ni él mismo desee continuar por más tiempo de concejal, ya que soportar cuatro años más de calvario puede que le resulte insoportable. Sí finalmente decidiera presentarse, asunto hoy todavía dudoso, lo va a tener complicado para encontrar apoyos a su candidatura, al menos entre las gentes de la Izquierda. Tampoco le resultará fácil hallar un partido por el que presentarse, una plataforma que vaya a contar con el apoyo electoral suficiente, como para que le permita salir elegido nuevamente concejal.
A estas alturas, ya se sabe mucho sobre su capacidad de gestión y de los procedimientos que emplea. Precisamente por el conocimiento que se tiene sobre sus comportamientos públicos, no le va a ser fácil encontrar mucha gente que le considere un candidato fiable, merecedor de representar intereses populares. Con estos tres años que ha estado ejerciendo de super concejal, habrá sido tiempo suficiente para darnos cuenta de cómo las gasta, pues no ha desaprovechado ninguna de las oportunidades que su cargo público le ha brindado, para mostrarse en ocasiones déspota, en otras autoritario, o insolvente. Digo insolvente, porque no ha sido capaz de cumplir ni una mínima parte del programa electoral con el que se presentó a los últimos comicios.
Después de todo este tiempo en el gobierno Municipal, aun está casi todo por hacer, todo excepto enemistarse con la gente que no comparte sus criterios, o con las personas que simplemente quieren dar su opinión. Eso sí que lo ha hecho bien y a conciencia, pues ha puesto mucho empeño en laminar cualquier intento de participación ciudadana, y así ha evitado tener que escuchar a las vecinas y vecinos a los que representa. Buen ejemplo sin duda de comportamiento democrático.
Por no escuchar ni favorecer la participación ciudadana, o por no atender las demandas de los trabajadores a los que dirige, entre otras actitudes, su imagen pública día a día se ha ido deteriorando, y así se ha desacreditado la confianza que alguna gente depositó en él. Ser consciente de este descrédito debería como mínimo, resultarle incómodo y socialmente preocupante, pues no dejan de acumulársele los conflictos con mucha de la gente con la que se ha relacionado.
Así ha tenido enfrentamientos y continúa teniéndolos, con casi todos los que en algún momento fueron sus compañeros en Ganemos Sanse, con personas pertenecientes a otros partidos políticos y entidades sociales de SanSe, así como con varios de los sindicatos que representan a los Trabajadores públicos del Municipio.
Lamentablemente así ha sucedido y está sucediendo, el portavoz de Ganemos SanSe ha hecho gala de comportamientos y actitudes públicas, en las que por cierto continúa, que han ido paulatinamente desprestigiando su imagen y credibilidad, y hoy nadie que verdaderamente conozca sus andanzas políticas puede sostener su confianza en él, salvo el reducidísimo grupo de incondicionales, seguramente bien tratados, que toda política clientelar y de corte caciquil suele llevar aparejada.
Será difícil renovar la confianza en quien no ha hecho otra cosa que mostrar permanentemente un talante autoritario, malhumorado y torpe. Sí torpe, porque las habilidades sociales que le hubieran permitido escuchar a la gente y poderla entender, no las ha puesto en práctica casi nunca, ni se ha esforzado tampoco por mostrar un talante negociador, con el que poder llegar a acuerdos y democráticamente hacer que el Municipio prospere. Muy al contrario, el edil en cuestión ha optado por excluir, dinamitar y quebrar las relaciones sociales de aquellos ámbitos por los que ha ido pasado.
En esta legislatura se ha caracterizado, por ir de aquí para allá excluyendo, y alejando de la vida pública del municipio a todas las personas que han intentado participar en ella. Con su empeño personal, se ha expulsado del equipo de gobierno a un partido histórico de SanSe, Izquierda Independiente, y lo han hecho incluso en contra de la voluntad popular, ya que esta decisión la tomaron sin contar con la opinión de la Asamblea Ciudadana, que avaló en su momento el acuerdo de gobierno que firmo el tripartito, compuesto como recordaremos, por el partido Socialista, Izquierda independiente, y ganemos SanSe.
Además de lo expuesto, ha reducido a su mínima expresión la dimensión social de Ganemos SanSe, es decir, la ha convertido en un colectivo inoperante, sin ideas y altamente burocratizado. Mientras esto iba sucediendo, aun les quedaba tiempo para echar de Izquierda Unida en SanSe, a sus mejores activistas, sumando entre todos los que han sido excluidos y excluidas de esta organización, más de 400 años de luchas en defensa de los Derechos Humanos. Estas personas han sido apartadas de la vida pública dinamitado el colectivo que les unía, y ahora solo queda un desierto donde antes había vida, ilusión y propuestas. ¡Enhorabuena!, ha sido todo un logro desacreditar a la Izquierda!
Y de estas maneras, han ido destruyendo sin pensárselo dos veces, y sin remordimientos por lo que parece, las ilusiones y esperanzas de muchas de las casi 4.000 personas que votaron a la candidatura de Ganemos SanSe. Mucha de la Gente que confió en dicha organización, se siente ahora golpeada moralmente, con la sensación de haber sido arrastrada por el fango de la política, en el que se han destrozando las referencias ideológicas, y la lealtad a los principios morales de la Izquierda.
Las personas que colaboraron en el proyecto de Ganemos SanSe, confiaron al principio, y trabajaron con ilusión creyendo que podría tratarse de un proyecto emancipador, para transformar la realidad de SanSe en la de un municipio más prospero, moderno e igualitario. Confiaban en que la participación de la Ciudadanía y la transparencia en la gestión del Gobierno Municipal, sería la forma de actuar que debiera haber mostrado esta organización, Ganemos SanSe.
Pero no ha sucedido así, y por ello el descrédito que ha llegado a alcanzar esta coalición y sus actuales representantes, no se había conocido nunca antes en este Municipio, al menos en tan poco tiempo. Su gestión en el equipo de gobierno, ha adquirido cotas de desaprobación popular que apenas hace dos años eran impensables, y hoy tienen serias dificultades para poder poner en valor algunas de sus actuaciones.
Así las cosas, si el máximo representante y responsable principal de esta situación, insiste en aferrarse al cargo público, debe entender, si su juicio se lo permitiera, que no debería arriesgarse a sabiendas a pasar a la historia de su pueblo y quedar en la memoria de sus gentes, como el peor de los concejales que en Democracia ha tenido este Ayuntamiento.
El daño seguramente ya esté hecho, y el desprestigio que le acompaña él solo se lo ha ocasionado, porque que se sepa hasta ahora ningún representante de este pueblo había acumulado en tan poco tiempo tanta animadversión y antipatía a su alrededor. Con esta tarjeta de presentación para las próximas elecciones, será difícil que algún partido le quiera llevar como cabeza de cartel en sus listas para las Municipales de SanSe. Tendrá que intentar crear una nueva marca, a imagen y semejanza de todos aquellos que se están quedando descolgados de la próxima contienda electoral en el Municipio, disputa que ya comienza a ventilarse, y de la que conoceremos resultados en poco tiempo.
Esta recua de despavoridos, le han cogido el gusto a vivir cómodamente, sin mucho esfuerzo y con los recursos de todas y todos nosotros, por cierto ¿alguien sabe que hacen, o a que dedican el tiempo que entre todos/as les pagamos? Se comprenderá que mantener ese estilo de vida, es toda una tentación, a la que habría que añadir también, el influjo que sobre las personas ejerce la erótica del poder, ya que algunos le persiguen con mucha insistencia.
Con estos mimbres o perspectivas, no sería de extrañar que nos dijeran que ahora, “es el momento de SanSe”, como si anteriormente no hubieran encontrado el momento de ocuparse de este territorio. En fin, iremos viendo paradojas curiosas, como tener que escuchar por parte de los que detentaron el poder Municipal, sin que se hayan apreciado mejoras en el Municipio, ni voluntad de hacerlas posibles, que ahora lo quieren intentar.
Además nos dirán que quieren intentarlo confluyendo con otros colectivos, y estando en la calle con la gente, cuando no han hecho otra cosa, que continúan haciendo ahora con más intensidad si cabe, que difamar, excluir o expulsar a personas o colectivos que pretenden participar de la vida pública de este municipio.
Siempre debería haber sido tiempo para el Pueblo, por ello no se entiende cuando dicen “Ahora Sanse” con nosotros ha llegado tú Tiempo, como si el de los últimos años no hubiera sido un tiempo, en el que ellos precisamente gobernaban en el Ayuntamiento.
Esto se parece, y mucho, a la forma de comportarse y a las maneras de gobernar de Donald Trump.
¿Ustedes como lo ven?
Muy buen comentario y muy realista, felicuto al redactor del artículo
¿Habrá alguna vez en este medio una sección de expocandidatos que mantenga las distancias y se muestre crítica con TODOS los posibles candidatos?
¿O va a seguir siendo un medio empleado para saldar frustraciones y venganzas personales al tiempo que se le coloca la alfombra roja a los amigos?