Como todos los pueblos, el saharaui comenzó su poesía de forma oral, y en su caso la poesía tradicional saharaui se producía en hassania, lengua árabe del Sahara ocupado.
Esta poesía oral tiene en Beyebuh Ould El Hadj el símbolo del pueblo y la literatura revolucionaria, y en Mohamed Mustafá Mohmed Salem, conocido como Badi, la memoria de su pasado.
Badi, que vivió en los campos de refugiados y aprendió poesía de las mujeres con las que convivió, hace de su poema “Amgala” una expresión del desarraigo:
“Sola te quedaste, Amgala
sin vientre y sin senos
sin brazos y sin ojos
sin padre y sin mí”.
Pero, “La poesía es un arma cargada de futuro»… y en el Sahara ocupado los jóvenes saharauis, apoyados por las mujeres, organizan diariamente en la Playa de El Aaiún veladas artísticas donde se cantan canciones saharauis y se recitan poemas de compromiso con la lucha de su pueblo, desafiando las miradas y la presencia de las fuerzas de ocupación marroquíes que vigilan la playa.
Y los que se ven abocados al exilio como la llamada Generación de la Amistad Saharaui, con un núcleo de jóvenes formados en Cuba denominados “cubarauis” que llegaron a España, donde han escrito poesía política y de lucha en español, porque el saharaui es el único pueblo árabe e islámico que es a la vez hispanoparlante:
Fatma Galia Salem, La Gata.
En “Lagrimas del pueblo herido» describe la desolación de su pueblo.
“Lágrimas de un pueblo herido por pájaros de fuego
y balas de veneno.
Palomas mensajeras de paz que vuelan
sobre el desierto deprimidas y sin silbido
en duelo al mártir caído.
Llantos de niños huérfanos y madres viudas
que perdieron al ser querido”.
Mohamed Ali Ali Salem.
En “A la deriva”, rindió un desgarrador homenaje a la memoria de su hijo caído un año antes.
“Se me fue la vida
y la alegría de vivirla
y solitario y solo,
solo, solo y solo. (…)
No hay presencia
que me haga compañía.No hay palabras
que me alivien
y solo soy fuerte
si te lloro
y solo existo
si te pienso”.
Limam Boicha: l
Juega con la geografía para situar su patria
“Un beso
solamente un beso,
separa
la boca de África
de los labios de Europa.”.
Salka Embarek
Para la que la poesía es “una voz para la resistencia, empuje para denuncia, arma para la paz”, escribe en “Soy del Sahara”:
Seré guerra
y cuando sea necesario, seré paz.
Seré la paz de la guerra
y el límite entre ambos
lo marcaré yo.
Que no vuelvan a llamarme fanfarrona,
Que no vuelva ningún ministro
a provocarme,
que durante los años de mi tragedia,
ya le derribé algunos muros
y logré hacer caer sus falsos estandartes.
Que no me llamen fanfarrona,
porque mis hijos le responden,
que mi voz no es una sola,
soy el Sáhara.
Toda esta poesía es un grito de esperanza, por eso aunque a los saharauis les hayan rodeado de la muralla más larga del mundo tras la Gran Muralla china, su lucha tiene futuro.
Y aunque no sean rubios ni tengan ojos azules, ni su tierra se encuentre en Europa, ni salgan sus miserias en la televisión, llevan años invadidos por Marruecos, viven sin tierra pero con dignidad y ahora no podemos volver a abandonarlos.
Viva Sahara Libre!
Marian González