Pablo González, periodista y español, y de la Sexta de Ferreras también, está encarcelado en Polonia acusado por Ucrania de ser espía ruso.
No es de película, es tan real como la guerra de las bombas, los asedios, los refugiados, la destrucción, los superbeneficios de la industria armamentística…,
La guerra secuestra la verdad como principal argumento, y lo personifica secuestrando al periodista, y da igual si es español o no, porque la verdad no tiene patria o las tiene todas. Al español lo secuestran y su España parece otra patria. Tres meses de prisión preventiva, más de un mes encarcelado y ni una llamada a su familia, o abogado, desconocemos en que convención o declaración están recogidos estos no derechos, pero Pedro Sánchez y su PSOE han sido llamados a filas por el gendarme del mundo y no hay más que hablar, da igual si eres ruso-español o saharaui.
Si eres español y torero te irá mejor en el Madrid de Ayuso, y te darán un puestecito a cargo del erario público en la Comisión de Asuntos Taurinos, como a Ortega Cano.
Si eres de Sanse y taurino tampoco te irá mal en la Pamplona chica de Perdiguero y Narciso, o si tu vida es el rugby, o formas parte del consejo de administración de alguna gran empresa que asfalte, construya, gestione servicios públicos…
Si eres sanitario lo llevas claro en este Madrid de la libertad para despedir, porque 6000 sanitarias han ido a la calle, al paro, el día 1 de abril, pasado el apretón del coronavirus. Si eres médica, enfermera, tcae o celador en Madrid deberías reorientarte y formarte en la industria armamentística pujante. No hay dinero para sanar pero si para matar.
Si tienes más de 50 años da igual tu terruño, nacionalidad, o campo profesional, estás descatalogado y el mercado laboral ni te ve, ni te verá.
Si eres joven y miras la vida de frente, sin plasma de por medio, si no eres joven pero esto no lo ves claro, no te conformes.
Comenzamos abril, y continúan guerras infames, y el precio de la luz, del gasóleo, del aceite, del teléfono por las nubes, estratosféricos, la inflación no acecha, pero marzo nos ha regalado lluvias tibias, pero lluvias al fin y al cabo, y abril trae nieves.
De El tiempo pasa y se nos pasan las oportunidades por no haber empleado tiempo en prepararlas, pero si aún estamos vivos y hemos traído hijas e hijos al mundo, tal vez debamos y podamos construir nuevas ocasiones a las que llegar a tiempo.
Una verdadera vergüenza lo que el Gobierno se preocupa por un periodista español secuestrado en un país de la «democrática» Europa. Tiene la desgracia de que al no ser un periodista lameculos, no merece atención ni preocupación por parte del Gobierno.
La Humanidad marcha hacia su destrucción. Ya no se trata de algo cíclico, que se repite de cuando en cuando. Porque esta vez, entre todo lo que nos parece relevante, entre todo lo que nos duele, lo que vemos tan negro, hay algo que se daba en ciclos anteriores. Algo que nos empeñamos en ignorar, incluso negar. «NO mires arriba» era un intento desesperado de despertar al monstruo que llevamos como especie. El planeta habló, nos avisó, nos gritó queriendo salvarnos. Pero nadie quiso escuchar. Él no nos necesita para seguir existiendo. Ahora es tarde para nosotras. Dolor infinito. Impotencia. Única esperanza: Que de verdad no nos pille vivas para sufrirlo