Con agosticidad y en el nombre de la ley, el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes decide que los espacios públicos utilizados sin cargo adicional -porque gratuitos no son, ya que se pagan con los impuestos de toda la ciudadanía-, hasta ahora, por las asociaciones para la realización de sus actividades, tienen precio.
En el mes de agosto se remitió desde la Delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sanse un correo electrónico a todas las asociaciones del municipio, indicando que si no se quiere pagar el espacio público solicitado, “bajo ningún concepto” se debe cobrar a las personas usuarias de las actividades. La excepción es que el Ayuntamiento considere que no existe competencia desleal con empresas que ofrezcan servicios similares.
En el citado correo se repite varias veces que esta decisión está tomada en cumplimiento de la ley vigente , haciendo referencia a la Ordenanza Fiscal nº9. Eso sí, se despide con un “disculpas por la molestia que hayamos podido ocasionar”.
Cabe preguntarse qué modificación tiene dicha ordenanza para intentar entender ese cambio de actitud por parte del Ayuntamiento. La respuesta es, cuando menos, sorprendente.
Allá por 2004 el coeficiente a aplicar por el uso de espacios públicos para las asociaciones sin ánimo de lucro era el mismo que hoy en día: 0.
¿Qué ha cambiado entonces para que se pretenda cobrar a partir de ahora?
Nos tememos que la mirada municipal hacia las asociaciones.
Es justo resaltar aquí que Sanse cuenta con más de 173 asociaciones que abarcan una amplísima variedad de categorías que van desde mayores o juventud hasta culturales o inmigración. Las asociaciones forman un tejido social muy importante, son personas que voluntaria y gratuitamente participan en el enriquecimiento de nuestra ciudad en actividades de todo tipo. Son muchas personas las que participan de un modo u otro. Lo que parece no advertir este Ayuntamiento es que con esta actitud no sólo destruye a las asociaciones, si no también su propia delegación de Participación Ciudadana. Deja de tener sentido su existencia si lo que nos encontramos es todo lo contrario a lo que se supone que debe hacer: fomentar la participación ciudadana.
Ahora parece que quieren convertir los espacios municipales en los llamados coworking y aplicando la ordenanza: “multiplicar por cero” a las asociaciones municipales.