Esta mañana en la localidad vecina de Tres Cantos se pretendía ejecutar un nuevo desahucio. Una familia con dos niños iba a ser desalojada de su casa.
La presencia de casi cien personas, entre los que se encontraban miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca Sierra Norte y de Sanse y Alcobendas, han logrado impedirlo.
Esta lacra que no cesa, que presenta cifras alarmantes y sobretodo dramas humanos insostenibles, encuentra cada día y en casi cada rincón de este país, resistencias organizadas y generosas. Gentes que acompañan a otras gentes a quienes se lo arrebatan todo, a quienes un sistema corrupto e indolente despoja de techo y refugio por no pagar porque no pueden.
Frías sentencias judiciales dejan en la calle a miles de familias cada año, en este país. Una fría y opaca denuncia bancaria que reclama lo que no es suyo, una fría y alejada legislación que nos ahoga, una realidad política que convierte el derecho a una vivienda en quimera. Las cifras hablan por si mismas, según un informe de Amnistía Internacional realizado en 2015, España cuenta con un parque de vivienda social equivalente al 2%, frente al 17% de Francia, el 18% del Reino Unido y el 32% de los Países Bajos.
Frente a la ausencia de políticas públicas que protejan el derecho humano a una vivienda digna, frente a la usura de bancos subsidiados con nuestros impuestos, el sufrimiento de los desahuciados y la organización de las buenas gentes.
Hoy en Tres Cantos la PAH ha parado un desahucio, ha impedido por un tiempo que dos menores y sus padres tengan el cielo por techo.