Mientras Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid y máxima responsable del sistema sanitario madrileño, cercena derechos básicos manteniendo cerradas la torre 4 o una de las Unidades de Cuidados intensivos del Hospital Infanta Sofía, en plena crisis del coronavirus, vecinos y vecinas de Sanse aportan lo que pueden para apoyar a la sanidad pública y a cuantos nos cuidan en estos momentos.
El Instituto Público Juan de Mairena de San Sebastián de los Reyes ha donado todas las camas hospitalarias que en su centro servían para la formación de Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Las ha puesto a disposición del Hospital Infanta Sofía a fin de que puedan dotar esa torre vacía.
Vecinos y vecinas ponen a disposición de Protección Civil sus máscaras de buceo de Decathlon con las que están supliendo la falta de respiradores en hospitales de Madrid.
Si, la sociedad civil responde, no solo acatando el confinamiento, el recorte drástico de nuestros movimientos, libertades, y recursos, cambiando nuestra vida de la noche a la mañana, sino que además se presta de forma altruista a donar lo que tiene y puede servir para la colectividad, para salvar vidas.
El Instituto Público de Enseñanza Secundaria Juan de Mairena de Sanse tomó la iniciativa y a través de Protección Civil envió al Hospital Infanta Sofía todas las camas hospitalarias que sirven para la formación de TCAE -Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería. El AMPA y la dirección del Centro también han puesto a disposición de la Comunidad de Madrid la impresora 3D para la fabricación pantallas protectoras.
Vecinos y vecinas han sacado camas que ya no utilizan y las han donado, los niños y niñas han buscado en los trasteros y han sacado sus máscaras de buceo, porque resulta que el ingenio de los italianos ha dado una nueva utilidad a estas escafandras, y con la aplicación de una válvula construida en impresoras 3D sirven como respiradores de emergencia para pacientes que no necesitan ser intubados.
Otros, autónomos, parados, con sus propios herramientas, soldadores, electricistas… junto a la UME y Bomberos, han prestado su trabajo altruista para construir en tan solo 3 días una enorme galería de 300 metros bajo el IFEMA, con kilómetros de tubería para la instalación de vacío, aire y oxígeno, imprescindible para tratar los estragos de este virus diabólico y sus consecuencias.
Gracias a tod@ vosotr@ también.