Lo pasado fue, estuvo, marcó, dolió. Lo que pasa es, está, trasciende, importa.
No hay borrón que difumine las entrañas dolientes de generaciones enteras, de gentes enteras. No hay tinta que borre la herida, ni página en blanco que oculte la verdad. No hay tachón que borre para siempre, nada.
Empezar de cero suena limpio, tentador, pero, ¿Qué es una cuenta nueva, sin la voz del tiempo, sin la huella de los pasos dados?
Herederos somos de la historia y sus percances, sus delirios y grandezas. Herederos, no rehenes.
Memoria en la piel y en la garganta, memoria en el estómago y la rabia, memoria en los sueños robados, y en los pensamientos fusilados, en las cunetas, en las riadas,…Memoria de tu gen y de tu gente, memoria de verbena y de naranjas, de bailes y de plazas, de escuelas, de mujeres y de urnas, memoria de ilusión, de abuelas, padres, madres…
La historia es un murmullo de siglos que nos nombra, una llamada, cuando el olvido acecha en las esquinas. Es soporte para pasos nuevos, es andamio y es mapa, es hilo y es regalo, no ancla.
La memoria se hace imprescindible siempre, y cuando la historia tropieza, cuando el hormigón, el fuego, los dólares, la mentira o el miedo aniquilan testimonios y testigos, datos, muestras, verdades,.. Es la histórica memoria la que se planta frente al olvido, que no es principio, sino fractura para un tiempo nuevo.
Lejos de una equidistancia que no existe ni aunque se pretenda, por injusta y por incierta, somos herederos de las derrotas que enseñaron paciencia, y de las victorias que forjaron esperanzas, somos herederos de un latido constante en la historia, “revelarse”. Por tanto, hacedores de memorias nuevas, de nuevas conjugaciones, de pócimas distintas, buscadores incansables en lo desconocido, oteadores de certezas e ilusiones, gladiadores por felicidades frescas.
Ni borrón, ni cuenta nueva. Luz a lo que fue, luz a lo que hay, para un futuro plagado de luces y conocimiento, de consciencia y conciencia, de igualdad y de justicia, para permitir a la historia y a la memoria escribir páginas nuevas.
No a la guerra ni a la impunidad de los guerreros.
Muy bueno, quizás con mucha profundidad para la comprensión de los no avezados. Sería muy apropiado configurar y objetivar proyectos sociales para poner en marcha hacia una sociedad con magnitudes irreversibles. Felicidades por tu trabajo. Salud y República.