La memoria, es definida por el diccionario de la lengua como “la capacidad por medio de la cual se retiene y recuerda lo pasado”.
Muchas veces la memoria es débil y se tiende a olvidar.
Pero hay cosas en la vida que no podemos, no debemos olvidar, ni como individuos ni como pueblo, y una de ellas es La Historia. Tener memoria histórica, nos permite disponer del conocimiento necesario para afrontar el futuro en clave de progreso, alguien dijo que “pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla”.
¿Cómo dejar en el olvido la funesta y sangrienta etapa del franquismo?
No, no podemos olvidar los miles y miles de asesinatos cometidos durante y después de la guerra civil, provocada y protagonizada por Franco, y auspiciada y apoyada por el fascismo de Mussolini y Hitler.
Dura y cruel fue la represión franquista; torturas sin fin, años y años de cárcel en condiciones infrahumanas, decenas de campos de concentración, mano de obra esclava (para la reconstrucción de regiones devastadas, construcciones faraónicas como el Valle de los Caídos, realizada por los Presos Políticos) y lo que es más grave, miles y miles de ciudadanos vil y sanguinariamente asesinados.
No podemos dejar de recuperar esos miles de cuerpos enterrados en centenares de fosas comunes, en tantas y tantas cunetas en toda la geografía española. Tenemos la obligación moral, ética, y aunque solo fuera por higiene democrática, de devolver la dignidad a esos ciudadanos, cuyo único delito fue representar y defender una República legalmente constituida, luchar por conseguir para sus conciudadanos, unas mejores condiciones de vida, un mundo mejor y más justo.
Es una deuda democrática, que a esos cuerpos se les dé digna sepultura, que sus familiares puedan, después de tantos años, honrar a sus seres queridos.
Si olvidamos estos hechos estaríamos cometiendo una tremenda injusticia, e impidiéndonos la dignidad como pueblo, si no reconocemos la entrega de tantas mujeres y hombres, que en tantísimos casos llegaron a pagar con su vida. Mantenerlos vivos en nuestro recuerdo, contribuirá a que su sacrificio no haya sido en balde.
Debemos exigir el cumplimiento de la ley 52/2007 de 26 de diciembre, sobre la Memoria Histórica, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra y la dictadura.
Sistemáticamente esta ley ha sido olvidada, cuando no torpedeada, por el Partido Popular, invocando la ley de amnistía, pero los crímenes de guerra, el genocidio no es amnistiable, ni puede prescribir el delito.
Todo esto la exigimos, no desde el odio ni la revancha, sino por pura y simple JUSTICIA.
Un heterogéneo grupo de personas en Sanse están trabajando sobre estos temas. En este mismo periódico daremos a conocer su interesante trabajo, y las acciones que en breve se llevarán a cabo en nuestro pueblo.
Un republicano abrazo
Paco Standar