Magia con el corazón. Un viaje a los campos de refugiados en Grecia (y IX)

Esloquehay termina con esta crónica de reproducir la narración que nos envían el Mago Oliver y su ayudante Eva del viaje que están realizando por diferentes campamentos de refugiados en Grecia. El objetivo del viaje es llevar un poco de felicidad a miles de niños y niñas sirios, afganos e iraquíes que malviven en muchos casos en condiciones deplorables a la espera de conseguir el asilo político, además de llamar la atención sobre su situación. Desde esloquehaysanse.es queremos agradecerles a ambos su iniciativa y que nos dejen ser su altavoz. ¡Mucho ánimo!

GRECIA 7 AGOSTO (último día)

Todo lo que vivimos y sentimos ayer resume al cien por cien lo más intenso, dramático y emotivo que hemos vivido y sentido todos estos días. En esta última jornada han sido dos los campos a los que hemos podido llevar nuestro espectáculo de magia.
Uno de ellos fue Katsikas. De nuevo un terreno en medio de la nada con tiendas y tiendas de campaña sobre un suelo de piedras y tierra que han hecho que el pasado invierno este lugar se ganara el sobrenombre de «El infierno de Katsikas».

Estas personas han tenido que soportar semanas durmiendo en tiendas inundadas de agua y barro. Hasta 2500 seres humanos han llegado a convivir aquí, con apenas 10 duchas de agua fría, sin juguetes, sin televisión, sin libros. De nuevo otro campo de refugiados sin apenas nada. Y os recordamos que toda esta gente hasta hace unos años llevaba una vida como la que podemos tener cualquiera de nosotros en nuestros pueblos o ciudades. Personas como Ahmed, que estaban desarrollando honradamente sus oficios para sacar adelante a sus familias, jóvenes como Irina, que estudiaban diferentes carreras universitarias, o niños como Mohamed, que estaban aprendiendo en la escuela, hasta que la guerra estalló.

Y Ahmed tuvo que abandonar su pequeño negocio de ferretería, Irina tuvo que dejar a medias sus estudios de filología inglesa, y Mohamed lleva ya tres años sin ir a la escuela (por su edad calculamos que dejó de aprender cuando estaba con las nociones básicas de leer, escribir, sumar o restar).

En Katsikas nos recibieron dos voluntarias españolas muy majas, que enseguida nos dieron todas las facilidades para poder hacer el show. Al acabar a media mañana la actuación en Katsikas con 42 grados y cientos de niños apelotonados en el reducido espacio de sombra que encontramos para hacer la actuación, la emoción que sentimos es indescriptible. Era nuestra última actuación. Teníamos ya todo recogido en la furgoneta rumbo al barco que nos llevaría hasta Italia, cuando se nos acercó Clementine, una encantadora voluntaria francesa que nos pidió que hiciéramos por favor una última actuación en otro campo en el que ella solía actuar.

Evidentemente aceptamos, y mereció mucho la pena apurar el tiempo para hacer una de las actuaciones más especiales, emotivas e inolvidables que hemos tenido y tendremos en el resto de nuestras vidas. Un grupo de unos 400 yazidíes fueron trasladados hasta este campo desde el de Katsikas hace varios días, por algún conflicto que debió de haber entre ellos y los musulmanes. Por un lado, algunos musulmanes no entienden esta religión yazidi y prefieren no convivir con ellos; por otro lado, los yazidíes se caracteriza por ser una comunidad muy organizada y con gran sentimiento de grupo, que quiere mantenerse al margen de los musulmanes para que no haya problemas.

Ahora se encuentran en una casa en las afueras de Ionnina. El ver como sin tener apenas nada, mantienen una sonrisa para nosotros al vernos llegar y nos obsequian con miles y miles de abrazos nos pone la piel de gallina.  Estamos completamente seguros de que si pudieran y tuvieran nos darían más incluso. Es ejemplar la humanidad que lleva dentro esta comunidad yazidi.

De nuevo en este último día hemos sido testigos de muchos testimonios de historias personales que nos llevamos con nosotros para siempre. Muchos refugiados nos han enseñado vídeos de sus últimos días en Siria o en Irak, y nos han contado su peligroso viaje hasta aquí y lo que han dejado en el camino.

Para terminar, queremos destacar la realidad de dos chicos yazidíes de 16 años que antes, durante y después de la actuación estuvieron especialmente pendientes de nosotros. Nos preguntaban, curioseaban y observaban todos los detalles relacionados con el equipo de sonido, con la preparación de los juegos , con los ensayos, etc. Y nos llegó al alma cuando nos dijeron que su sueño es ser artistas. Nos contaron que les encantaría ser malabaristas, acróbatas, clowns o incluso magos. Con pena nos enseñaban fotos de ellos caminando con zancos o manejando con destreza un diábolo de cuando vivían en Irak. Les encantó poder ver magia en el campo y la disfrutaron como nadie. Nos recordaron a nosotros cuando éramos más pequeños. Deseaban salir de ese campo para poder ganarse la vida con lo que tanto les gusta. Ojalá algún día seamos nosotros los espectadores de su propio show, en cualquier rincón del mundo. Les regalamos un par de objetos de magia para evitar que perdieran la ilusión, y nos encargaremos personalmente de hacerles llegar más material.

Nos hemos quedado con la tristeza e impotencia de nuevo de no poder apenas ayudar más a esta gente joven con ilusiones, con proyectos, y con ganas de crear y de inventar. Es una de las cosas que más nos ha dolido estos días. En el momento de arrancar la furgoneta y despedirnos de aquellas personas con mucha pena, los dos sabíamos que este viaje no acababa ahí, sino que todos estos días habían significado el comienzo de un nuevo viaje. Un nuevo viaje largo, intenso, comprometido y definitivo.

Utilizaremos cualquier oportunidad que se nos presente para poder dar a conocer a todo aquel que nos crucemos que hay un grupo de seres humanos que se encuentra, sin culpa alguna, desposeído de sus tierras, de sus costumbres, de sus ilusiones y de su futuro. Y que un día tuvimos la suerte de conocerlos, y que nos fuimos con el mayor regalo que un ser humano puede recibir: una verdadera lección de lo que es la humildad, el respeto y el amor en el sentido más amplio y verdadero que uno pueda jamás encontrar.

Y no queremos dar por terminado este diario sin antes agradecer y dedicar este viaje a toda la gente que ha hecho posible que haya resultado tan mágico y especial.

Gracias en primer lugar a Zaki, por encendernos la chispa y darnos esa gran dosis de motivación en aquella inolvidable charla que tuvimos en Bilbao y que nos ha traído hasta aquí.

Gracias a Alvaro de GBGE, por orientarnos en tantas gestiones logísticas.

Gracias a Hossam, por las traducciones al árabe de la presentación del show y las diferentes voces en off.

Gracias a Marcel y a Ingrid, por todos los contactos para conseguir los permisos para entrar en los campos.

Gracias a nuestros compañeros magos Ander, Nock, Txema, Alex, Antxon, Txagu, Linaje y tantos otros. Sabéis que vuestra magia e ilusión han sido también representada aquí a través de nosotros.

Gracias a Mikel San José por esos balones de fútbol, que han sido como un regalo caído del cielo para todos estos niños. Con tu generosidad les has regalado la primera piedra para empezar a ilusionarse.

Gracias a nuestras familias por el apoyo continuo en este tipo de proyectos.

Gracias a todos los que habéis leído diariamente lo que en este humilde blog hemos ido publicando. Todos esos «me gusta», los diarios compartidos en vuestros perfiles y todos vuestros comentarios nos han dado mucha energía. Estamos seguros de que seguiréis compartiendo ese espíritu en el día a día con vuestra gente.

Gracias a todos los responsables y gente de voluntariado de cada campo que hemos visitado. Gracias a Gema, Alex, Kostas, Jacky, Vicente, Marco, Kate, etc. por las facilidades para poder hacer nuestro trabajo.

Gracias a todos los adultos sirios, afganos, kurdos, iraquíes… por vuestras lecciones, por demostrarnos lo que habéis hecho por vuestros hijos, y por todo lo que nos habéis dado y demostrado a nosotros. Estamos en deuda para siempre con vuestras familias. Y lo mínimo que haremos será dar a conocer vuestra realidad y no perder la esperanza de que algún día todo esto se arreglará y podréis vivir como realmente lo merecéis. Gracias por todo. De verdad y de todo corazón.

Y el último agradecimiento es para los miles de niños a los que hemos tenido la suerte, el orgullo y el privilegio de ofrecer nuestra magia.
Gracias por ser como sois
Gracias por tanto cariño
Por tantos besos
Por tantos abrazos
Por tantos aplausos
Por tantas sonrisas
Os queremos mucho.

Un beso mágico
Óliver & Eva