Salió la Hidra de su caverna, Hércules la mató cortando sus siete cabezas de una vez (así reza en la mitología). El término «Hidra» se aplica a «un daño social muy difícil de extirpar de la sociedad y que renace cada vez que se cree dominado”.
En nuestra Transición “modélica”, a la Hidra se la permitió, AMNISTIÁNDOLA, ocultarse en su caverna bajo el manto del Estado Democrático y no se actuó como lo hubiera hecho Hércules, (mitológicamente hablando). Para Ayuso, en su premeditada amnesia histórica sobre nuestro país, de sus recientes antepasados y coetáneos, augura una Dictadura con el nuevo Gobierno que se forme, «colándola por la puerta de atrás». Para ella, con su gran enjundia (cualidad connatural de una persona) como política, desconoce qué es dictadura y qué es democracia. ¿O es una de las cabezas más dañinas…?
Quiero recordar, a tan ilustre inepta política, que como ex-preso político del régimen fascista de sus antepasados y coetáneos, que sufrí tortura en ese edificio que hoy ocupa como presidenta de la Comunidad de Madrid y que, durante casi cuarenta años, ese mismo lugar fue el mayor centro de tortura de toda España contra toda la oposición democrática que luchamos por la democracia y la libertad de la que ella, ahora, se aprovecha para emitir sus infundios y mentiras.
Ese edificio fue la famosa y terrible Dirección General de Seguridad por donde pasamos cientos de miles de españoles que luchábamos por la libertad y la democracia. Sufrimos torturas de todo tipo, detenciones sine die, provocaron intentos de suicidio ante las palizas y torturas mortales, como le sucedió al inolvidable compañero Julián Grimau, o Andrés Poveda, que ante el horror de los interrogatorios insufribles intentó quitarse la vida lanzándose, de cabeza, contra un radiador, abriéndosela en canal.
Este edificio está circundado por una negra aureola de miles de torturados por el régimen fascista, incluidas las torturas a muerte. Esta persona tiene que saber que está sentada sobre las atrocidades cometidas por aquella Hidra Nazional que hoy está alentando desde su ideología política. Pero debe saber que esas paredes tienen grabadas, con sangre y dolor, los gritos desgarradores por la libertad y la democracia en España de la que ella se aprovecha.
Qué su Dios se apiade de ella, si no, es que Él se habrá tapado los ojos con una venda.
Alfonso Romero