El mundo corre bajo los pies
de los transeúntes,
muchos caminan cabizbajos
con los pensamientos quietos
en los bolsillos de un abrigo.
Otros respiran el alba
en los dormitorios
caminando con los pies descalzos
de un pasado sin presente.
Las manos vuelan tejiendo
nuevas armas de futuro,
caminos que atraviesan Europa
niños, los nuevos ángeles de la Tierra.
Traen los corazones cansados
y el frío del miedo
como carta magna.
El futuro incierto
lejos de las guerras del hombre,
busca una oportunidad para respirar
y desarrollar hogares nuevos.
Seamos conscientes para abrir puertas
y eliminemos las barreras inconscientes.
Hagamos una única humanidad
respeto por la diferencia
debemos compartir el miedo.
Y el dolor de renacer,
que sea único para un nuevo mundo.
Pilar Sastre Tarduchy