Es el momento adecuado para marcar este siglo XXI como el de la gran revolución de la mujer, y no solo, porque se culmine la denodada y pertinaz lucha, de esas valientes que lucharon por el derecho al voto, por la igualdad de derechos de los negros, de las trabajadoras, de las madres, de las pobres y de las desheredadas, y de las que hoy en día levantan el puño y la voz, sino también viene marcado, por la decrepitud y resistencia cada vez más menguada y senil, del sistema machista que viola y mata mujeres, cuando no las intenta humillar, las maltrata, y las desprecia.
Pero este lamentable sistema depredador de más de la mitad del género humano, ni atacando en manada y abusando de su poder religioso, político y social, podrá conseguir acallar el ensordecedor grito femenino al que nos unimos y al que secundamos los bien nacidos, y los rebeldes varones.
Somos antisistema y exijimos la igualdad plena con nuestras compañeras, las mujeres. Ningún privilegio por ser varón.
Hasta la victoria total.
Horacio Gómez de Alía.
En uno de los barrios donde paso buena parte de mi vida profesional, el más pobre y desastrado del país según la prensa, asesoro estas semanas a dos transexuales, uno varon hacía mujer, otra mujer hacía varón. Se han conocido hace unos meses y decidieron vivir juntos. Ahora ha resultado que la mujer que transita hacia varón, está embarazada. Y estamos definiendo cómo vamos a resolver la inscripción de la criatura pues al mismo tiempo la madre biológica acaba de recibir la documentación y NIF que la acredita y reconoce varón y al que transita a hombre se la entregarán en unas semanas después de que hemos realizado el proceso administrativo necesario. Nos queda ahora resolver la inscripcion en el registro civil alterando biología y legalidad. Por eso es más terrible la muerte de Ekai. El combate por la Libertad es largo, pero posible.