[Foto: Coordinadora Antifascista de Madrid – Centro Político Okupado La Trinchera]
Los hechos sucedieron el día 18 de junio de 2017, cuando los jóvenes que habían liberado un edificio abandonado desde hace años, situado en el número 93 de la calle Infanta de las Mercedes de Madrid, decidieron hacer pública la ocupación. «Esa misma mañana la policía se personó en el centro y dos personas se identificaron como portavoces, a lo que la policía contestó que se iniciaría el proceso judicial y que tuviéramos buena relación con las vecinas para así salir todas beneficiadas» comentan desde la Plataforma Absolución Cinco de la Trinchera, quienes están apoyados entre otros por el Comité 1-20, un movimiento que nace desde la juventud combativa de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes y cuyo objetivo es servir de herramienta para la unión, la organización y la lucha contra todas las injusticias y privaciones de derechos que se sufren diariamente.
Sin embargo, pasadas las 22:00 de aquel domingo, sin previo aviso, 10 furgones de la UIP de la Policía Nacional se presentaron en el centro. Desde la organización relatan que «sin identificarse como policías en ningún momento, intentaron tirar la puerta abajo. Las personas que se encontraban en las plantas bajas del edificio, desconociendo lo que estaba pasando, se agolparon en la puerta para evitar que los intrusos entraran. Ante la imposibilidad de los agentes para romper la puerta, entraron tirando abajo la pared, causando lesiones a quienes se encontraban en el interior. Cuando consiguieron entrar, las ocupantes del edificio descubrieron que se trataba de la policía, quienes procedieron a desalojar el inmueble sin intención de dialogar, con los números de placa ocultos y sin mostrar ningún tipo de orden judicial«.
Una vez dentro, los ocupantes describen la actuación de la policía como «extremadamente violenta«. Señalan que no ofrecieron ningún tipo de resistencia al percatarse de que se trataba de los antidisturbios, llegando muchos de ellos a tirarse al suelo con las manos en la cabeza, «situación que aprovecharon los agentes para golpearles de manera indiscriminada. El ensañamiento -relatan- fue tal que hasta un antidisturbios tuvo que parar a un compañero suyo diciendo ‘para, que lo vas a matar’”.
Las chicas que se encontraban en el edificio indican que fueron registradas de forma intimidante y vejatoria. «La agente que les registró les quitó la camiseta y les bajó el sujetador delante de otros agentes, y les tocó los pechos y sus órganos genitales de manera humillante. Esto provocó que a una de estas chicas le diera una crisis nerviosa, lo que hizo que la policía le tratara de manera aún más violenta, reduciéndola contra las escaleras mientras se reía de ella«. Además, desde la plataforma en apoyo a los detenidos tras el desalojo cuentan que los agentes hicieron numerosos comentarios machistas y misóginos como “¿A qué habéis venido aquí, a recoger la ropa?” “No os llevéis la lavadora al salir”, así como comentarios racistas a personas migrantes.
Durante el trascurso de los hechos 6 personas fueron detenidas (uno de ellos de 16 años). «Curiosamente, los policías que les detuvieron, conocían sus nombres antes de incluso identificarles, a pesar de que ninguno de ellos tiene antecedentes y no viven en Madrid capital. También, curiosamente, todos eran del mismo barrio, Alcobendas, lo que muestra que estamos ante una caza de brujas y los policías sabían previamente a quién tenían que detener» denuncian.
«Una vez esposados en el suelo, los detenidos siguieron siendo golpeados, estando alrededor de una hora tumbados en el suelo, recibiendo amenazas y golpes si miraban a los agentes para que no pudieran identificarles. Durante este tiempo, los policías se dedicaron a golpear el suelo a su lado con todo tipo de herramientas y objetos contundentes que encontraron en el edificio, y se lo llevaron diciendo que lo tenían los detenidos. Llegando a decir que uno solo de los detenidos llevaba un escudo, un casco, una pesa, un martillo y un tirachinas. Y que otros dos llevaban cascos y martillos». Algo que según la Plataforma se desmonta fácilmente, «ya que todos los acusados de llevar casco, tenían brechas o contusiones en la cabeza, así como lesiones de cubrirse de los golpes«.
Todos los detenidos fueron trasladados a comisaría. Una vez allí relatan que los malos tratos no cesaron. «Les tuvieron 5 horas sentados en unos bancos, sin poder hablar entre ellos, sin beber agua, mirando al suelo y con los grilletes fuertemente apretados (lo que provocó que uno de ellos perdiera la movilidad de parte de los dedos durante días)«. Transcurridas estas horas llegó el SAMUR a comisaría, «atendiendo a los detenidos con un trato totalmente deficiente, rozando la omisión del deber de socorro. Uno de ellos, que tiene problemas cardíacos, estaba sufriendo taquicardias en ese momento, y no recibió la asistencia médica pertinente, teniendo que ser ingresado nada más salir del juzgado de declarar, y operado de urgencia al día siguiente. A los detenidos que tenían brechas en la cabeza no les dieron puntos de sutura, para evitar así, que estas lesiones fuesen consideradas graves jurídicamente hablando«.
Al día siguiente, todos los detenidos fueron puestos en libertad con cargos, siendo acusados de un delito de usurpación y atentado agravado por el uso de objetos peligrosos, «cargos fruto de un montaje policial que solo pretende criminalizar a la juventud combativa que crea espacios alternativos para los vecinos de barrios como Tetuán» denuncian.
Después de celebrarse el juicio en el que se acusaba a 15 personas de un delito de usurpación, fueron absueltos, pero recuerdan que 5 compañeros siguen acusados de atentado agravado contra la autoridad. «Aunque por mucho que repriman o agredan, nunca podrán parar a quienes luchan por la libertad y la justicia» finalizan desde la Plataforma Absolución Cinco de la Trinchera.
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