En las diferentes sociedades que, históricamente, conocemos, el Esclavismo, Feudalismo y Capitalismo, hay un hecho común, perdurable y no corregido, en todas ellas. El permanente olvido y desclasamiento social y económico de los y las trabajadoras manuales, del campo y de la ciudad. Es conocido por todos, pero de siempre ignorado.
En el siglo XVII, el filósofo, economista, sociólogo, periodista, intelectual y político alemán, C. Marx, escribía: ”la concentración de capitales y de la propiedad de la tierra, la sobreproducción, las crisis, el hundimiento de los campesinos, la miseria del proletariado, la anarquía de la producción, las escandalosas desigualdades en el reparto de la riqueza, la guerra industrial de exterminio de las naciones…”. Pues hoy, en el siglo XXI, si resucitara, habiendo ya alcanzado el Capitalismo su madurez, se volvería a morir, esta vez de infarto (murió de bronquitis y pleuresía).
En España subsisten varios grandes latifundios y, seis Señoríos, todavía herencia de la etapa feudal.
La película “ Los Santos Inocentes” de Mario Camus, es la viva expresión de la larga herencia, ancestral, que arrastran los braceros del campo y la clase social de los Señoritos, es decir, de los grandes terratenientes, (que la desnortada extrema derecha quiere confundir con el Arte).
Los que nacimos en los años 30, en los pueblos agrícolas, de familias pobres, nos tocó trabajar como jornaleros del campo y, sabemos muy bien, lo que reclaman nuestros agricultores, pequeños y medianos, porque lo hemos vivido. No así los grandes terratenientes, ese es otro apartado. Y también sabemos lo que se nos pagaba y se sigue pagando y de las condiciones en que trabajamos y se sigue trabajando -vienen a ser las mismas de entonces-.
Esta introducción, a vuelapluma, es para comentar la situación del Agro en España, en toda la UE, y que ha motivado el levantamiento de los agricultores y ganaderos.
El proceso de la Economía en la UE y, por ende, en España, está tutelado por “La Libre Economía de Mercado” (Capitalismo puro y duro) y que conlleva conceptos como: Competitividad, Productividad, Comercialización, Monopolios, Oligopolios y, ahora, Fondos de Inversión”, la nueva forma de máxima optimización de beneficios del Capital.
Con todo ello, los asalariados del campo, los pequeños y medianos agricultores lo tiene jodido.
En España existen grandes latifundios, agrícolas y ganaderos, de caza para monterías de las grandes fortunas, empresarios y políticos defensores del statu quo, sumándose miles de hectáreas a la cría de toros bravos (también ganaderos).
Hay grandes terratenientes del Agro que no han informado porqué en Agadir (Marruecos) tienen instalada una desalinizadora para la producción de productos hortofrutícolas, sin más control fitosanitario que el establecido en ese país, con salarios de ese país y que luego venden en España con precios de nuestro país. Es decir, son productos marroquíes, producidos y comercializados por españoles, además de los importados de otros países de fuera de la UE.
Hay problemas en el Agro español que no tienen solución con la libre economía de mercado, es «la Ley de la Oferta y la Demanda» que todos tienen asumida y esto es una de las grandes contradicciones del capitalismo, de las que nadie habla, y que cobra mayores dificultades con la globalización de los mercados.
Nuestros agricultores se están empobreciendo, los costos de producción y de la vida cada año suben más y aunque los productos importados fuesen tratados con las mismas normas que tiene la UE, nuestros productores no podrían competir, porque la mano de obra en eso países es muy barata.
Todos los que defienden esta economía de mercado ¿Porqué se quejan? Es lo que hay. ¿No sería una solución una Economía del Precio Justo, con beneficios tasados por igual para todos? La prohibición de la especulación y los sobrecostes ficticios ayudaría a toda la población del Planeta a tener una vida más digna y acabar con el hambre en el mundo. ( odría ser una forma de Revolución pacífica e incruenta para acabar con las injusticias en el mundo, es un sueño hermoso)
Pero no está sólo la pobreza en la mayoría de los pequeños agricultores, incluyendo en primer lugar a los braceros y sus condiciones de trabajo, claro que no, porque hay mucha más pobreza en nuestro país.
La pobreza infantil en España, el índice de pobreza mundial y el índice de millonarios en el mundo, son cositas para publicitar al máximo.
En 2023, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, según AROPE (At Risk of Poverty or Exclusión), está en el 26% de la población residente en España, es decir, unos 12,3 millones de personas están en situación AROPE (El Economista).
El 20% más rico tiene una renta anual 5,6 veces superior a la del 20% más pobre, lo informa (European Anti-Poverti NetWork-ES). Es una plataforma de Entidades Sociales que trabajan y luchan contra la Pobreza y la Exclusión Social en los países de la Unión Europea.
España es el cuarto país de la UE con mayor tasa de pobreza (El País)
UNICEF- España, estima que unos 2.267.000 niños viven en España por debajo del umbral de la pobreza (el umbral de Pobreza establece el número de personas que no pueden satisfacer necesidades básicas como la alimentación diaria, la vivienda, la educación, el acceso al agua potable, entre otras cosas).
Podemos concluir, clara y objetivamente, que el Capitalismo no es mejor que los anteriores e históricos regímenes sociales que denunciaba nuestro Filósofo y Economista de referencia, para la mejora del bienestar de las clases trabajadoras.
El Capitalismo facilita, sin freno, la codicia por la riqueza y el poder omnímodo del mundo económico y político del Planeta. No tiene el menor atisbo de conciencia social, sí de clase, la suya, y, con su ceguera, nos están deslizando por la rampa del abismo hacia el no retorno del desastre en el Planeta Tierra.
En su desatino no pararán, buscarán sin desaliento nuevos yacimientos de riqueza en otros Planetas, en el fondo de los océanos, donde haga falta, cuando el nuestro no de más de sí y no tengamos dónde poder vivir.
Hay que ponerse de acuerdo para poder parar la catástrofe que nos viene, y la Ciencia lo está repitiendo permanentemente.
Alfonso Romero