Indignación entre los vecinos de la zona de los Arroyos y Tempranales con la nueva campaña del Ayuntamiento de control de perros. El «pipican» situado en el Parque de los Arroyos junto al Bulevar del Manzanares se convierte en una piscina cada vez que llueve. El situado junto al parque de la araña apenas dispone de sombra durante el verano. Las papeleras destinadas a los excrementos no se vacían con la suficiente asiduidad y nunca disponen de bolsas.
«La gran mayoría de los dueños de perros no somos incívicos«, sostiene Mari Angeles, vecina de 56 años del barrio de Los Arroyos. «Pero no puede ser que el Ayuntamiento nos ponga siempre en el punto de mira cuando está eludiendo sus responsabilidades«, nos cuenta el domingo por la mañana mientras señala la entrada del «pipican» situado muy cerca del cruce con el Bulevar del Manzanares. Un espacio que, tras las últimas lluvias, se ha vuelto del todo impracticable. Para empezar, la entrada al mismo es imposible sin pisar el enorme charco que se ha formado. Una vez dentro la imagen no es mejor, pues son muchas las zonas donde se embalsa el agua, creando grandes charcas que, al evaporarse el agua, se conviertirán en auténticos lodazales.
«Lo hemos denunciado en multitud de ocasiones, pero no nos hacen ni caso» manifiesta Juan Carlos, que se une a la conversación junto a su galgo. «Un poco de cemento en la entrada lo solucionaría, pero no hay voluntad por parte del Ayuntamiento. Así que, a veces, no nos queda más remedio que soltar al perro en el parque, sobre todo cuando no hay niños, pero tienes que estar con mil ojos por si aparece la policía«. A ambos les enseñamos la última portada de la revista municipal «La Plaza de la Constitución». Un enorme titular señala «Multas de hasta 3.000 euros a los dueños incívicos de perros». «Siempre es lo mismo«, dice Mari Angeles, «en lugar de buscar soluciones, a poner multas«.
En el mismo parque, junto a una zona de juegos infantiles conocida entre los vecinos como «la araña», se instaló no hace mucho tiempo otro «pipican». En este caso la queja es distinta, el problema no es el agua. «En verano es imposible venir aquí» aseveran Jorge y Laura, una joven pareja que va acompañada de dos border collie. La razón, el parque no dispone de espacios de sombra en condiciones, ya que los árboles apenas están desarrollados, haciendo insoportable la canícula estival.
Luego está el problema de los excrementos caninos. «Hay algunos que son unos cerdos, pero no se nos puede meter a todos los dueños de perros en el mismo saco» nos cuenta Pedro, un vecino de 34 años que pasea acompañado de un pastor alemán. «Lo que no puede ser es que nunca haya bolsas disponibles en las papeleras especiales para las cacas de los perros«, continúa. Le indicamos que desde el Consistorio se aduce que hay gente que se lleva todas las bolsas cuando se reponen. «Eso no es cierto«, contesta con rotundidad. «Yo todos los días doy un paseo por la zona, paso por al menos 4 papeleras de estas y nunca hay bolsas, que no cuenten mentiras«.
Contrasta la actitud del Ayuntamiento de Sanse (PSOE y Ganemos/IU) con la de otros municipios como Getafe, que lleva ya varios años, desde 2009, suministrando bolsas a domicilio y de manera gratuita a quien las solicite. Una vez solicitado el servicio gratuito de entrega de bolsas a domicilio, los dueños recibirán, mensualmente, un talonario de bolsas biodegradables que, además de degradarse en un tiempo inferior a dos años, evitan la producción de gases de efecto invernadero. El pasado mes de julio la Empresa Municipal de Limpieza y Medioambiente de Getafe (LYMA) anunciaba la contratación por unos 100.000 euros del suministro de bolsas para la recogida de excrementos caninos durante los próximos dos años con una cantidad orientativa de 15 millones de unidades.