De tapones y pastillas

Una situación insoportable, de «tapones y pastillas», así lo califica Manuel, desesperado. El ruido incesante, de noche y de día, cada día, cada hora, del supermercado Día de Alcobendas se cuela en la casa de Manuel desde hace cinco años, y a pesar de los juicios ganados, las sentencias ejecutorias no se ejecutan, y el ruido sigue, y dolor no para de crecer.

Un nuevo pronunciamiento judicial obliga al Supermercado a realizar, en el plazo de un mes, las obras pertinentes para que cesen las emisiones acústicas.

El pasado 9 de septiembre, el Juzgado de Primera instancia de Alcobendas desestimó el recurso de oposición a la ejecución de sentencia presentado por el supermercado Día de la calle Marquesa Viuda de Aldama de Alcobendas. El auto establece que «en el plazo de un mes la demandada debe cesar las emisiones acústicas llevando a cabo la insonorización y pago de la indemnización, condenando a la demandada a las costas».

El plazo cumple el próximo jueves 10 octubre, pero, según nos indica Manuel, nada se ha movido en el supermercado, las obras de insonorización a las que obliga la sentencia judicial no se han realizado, y ahora la demandada amenaza con recurrir nuevamente ante instancias judiciales superiores.

Entre tanto, nos explica Manuel, el Ayuntamiento de Alcobendas hace oídos sordos a una situación que atenta contra la salud de la personas y que se alarga ya más de cinco años. Ni el franquiciado, ni el dueño del local permiten la realización de las obras, el Ayuntamiento mira para otro lado y Manuel y su pareja desesperan.

El próximo 10 de octubre se cumple el plazo para la ejecución de la sentencia y aunque parece no haber instancia que pueda poner fin a este atropello a la salud y a la dignidad de las personas, Manuel sostiene «no dar ni un paso atrás», y el próximo jueves pedirán que se cumpla íntegramente las estipulaciones de la administración de justicia o que cierren.

Esloquehay supimos de este sufrimiento en 2019, y desde entonces seguimos el periplo legal y de salud al que estos vecinos de Alcobendas se enfrentan en solitario. Solo el apoyo vecinal y el de algún concejal que ya no lo es, como Edudardo Andradas, han servido de bálsamo a una experiencia cotidiana que los afectados califican de «tapones y pastillas».

3 comentarios en “De tapones y pastillas”

  1. Maria Dolores Dueñas Suarez2

    Pobre hombre ,me da rabia y vergüenza por todo lo que está pasando.
    Como puede ser que nadie proteja a este señor . Cuanto tiempo más tiene que pasar para que se solucione.De verdad que esto es el mundo al revés.Si yo le hago daño a alguien,lo normal es que yo sea la que tiene que rectificar . Entonces a qué esperan para resolverlo.

  2. Es injusto que no tengas derecho a descansar en tu propia casa, y que te sientas sin ningún apoyo, es para acabar loco,
    Me solidarizo con Manuel

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