Meninas sin color ni rostro y Vacas de plástico repartidas por la ciudad son las marcas, aberrantes y horteras, impuestas por el diseño de cultura urbana del PP en Madrid.
Lo soez no quita lo valiente.
Y el atasco circulatorio se convierte en castizo. Los salvajes ruidos de la urbe son el pulso que marca la vida de sus, cada vez más, autómatas habitantes. Habitantes, no Ciudadanos. Si fueran Ciudadanos no permitirían la vorágine que los abandona en la calle, por obra y gracia de una orden judicial que priva de vivienda a quien no puede pagar.
Son los Miserables que culpan de sus males a los que, jugándose la vida, salieron de sus países esquivando balas y muerte. Son los que están pero no cuentan para nadie. Legión de Parias alienados y desclasados, que ven en el Discurso del Miedo y el Odio de Abascal, Monasterio y Olona, la solución a sus problemas. Son la Libertad etílica de Chamberí y sus terrazas, transmitiendo el Covid a diestro y siniestro. Son los nuevos gladiadores urbanos, que se sienten dueños de una ciudad cada vez más apagada y triste. El Madrid del «Ya hemos pasao», que Celia Gámez cantara antaño, arrabalera y mugrienta. Hoy, Olvido Gara ha tomado el relevo.
¿Dónde está el Madrid que estudia, piensa, se divierte y sueña?. El Madrid de Aute, Larra, Krahe o Buero Vallejo, ¿Dónde se fue?.
La tierra que es de todos no es de nadie. Y nadie se hace responsable de las sandeces que, desde el Ayuntamiento y la Comunidad se suceden en Madrid. A todos se les llena la boca al pronunciar su nombre… Madrid. ¿Qué Madrid?.
Del Madrid que aprueba hoy un presupuesto de 5.400 millones de euros, que destinará 59 más a la Empresa Municipal de la Vivienda, engordando hasta los 154 millones totales. ¿Cuánto aumenta el gasto en Personal, si en 2020 significó el 29,96% del presupuesto total del Ayuntamiento de la ciudad?.
El Madrid para los » Sin Nada» también aumentará el presupuesto. El 19% del total será destinado a Gasto Social.
Tendrán derecho al famoso Cielo de Madrid, como techo estrellado con vistas a míseras realidades, con derecho a ser enterrados en una fosa común donde deben estar también los restos de la Conciencia Colectiva y Social de esta ciudad, a la que le falta desde hace tiempo la última D. La de Dignidad.