Cuando esto pase, saldré a la calle y abrazaré a todo el mundo, para fundirme en ese abrazo con los vecinos y las vecinas de mi barrio que no perdieron la esperanza de ganar la batalla, que salieron todos los días a las ventanas a cantarle a la vida, a decirnos los unos a los otros que vamos a resistir.
Estamos entendiendo que la vida de todos y de todas se defiende juntos y juntas, y eso es de las pocas cosas buenas que está teniendo está crisis, que empezamos a comprender qué si tú te salvas, también me salvo yo, que si vosotros vivís también viviremos nosotros.
Esa sí es la España que me merece respeto, y el pueblo al que voluntariamente quiero pertenecer, porque comprender que hay que proteger todas las vidas, y con ello se da cuenta que somos una comunidad indivisible. Para los virus, como sabemos, somos de una sola raza, la especie humana, a la que ataca en guerra sin cuartel, en contienda a brazo partido, pero no tengáis la menor duda ¡la vamos a ganar!
Ganar esta guerra a vida o muerte, es en estos momentos lo más importante que tenemos que hacer, ganarle la batalla al virus es lo único que importa, porque sencillamente nos va la vida en ello. Más adelante tendremos tiempo de hablar de economía, trabajo, empleo, competiciones deportivas y exámenes.
Pero mientras escribía este artículo, he recibido la noticia de que desde la alcaldía de Sanse, le exigen a la Comunidad de Madrid que abra la cuarta torre del hospital Infanta Sofía. Qué poca dignidad hay que tener para que después de doce años, ahora exijan su apertura, apertura que también desde hace doce años, la Plataforma en defensa de la sanidad pública de Sanse y Alcobendas viene reclamando, sin encontrar por parte del Ayuntamiento, la más mínima consideración a esta demanda ciudadana.
Estos gobernantes son también peligrosos, virus, virus letales socialmente, que le allanan el camino a epidemias que de una u otra manera causan muerte. Pero a ellos que les importa, ellos están a lo suyo, a engañarnos aparentando que se preocupan por su pueblo, porque creen que financiando festejos taurinos, y paseándose junto a la virgen del Rocío, conquistan nuestra confianza y engañan a la inteligencia de los electores.
Gobernantes del municipio, que una tras otra legislatura, nos demuestran que les importamos…, porque su preocupación fundamental consiste en saber que hay de lo suyo, de sus intereses personales, de su ego, y su bolsillo. Así son ellos, oportunistas, aprovechados y déspotas, que son además poco ilustrados, pero sí que se muestran todo lo autoritarios que pueden, y son “mucho demócratas” de boquilla.
Quizás podáis pensar, que me expreso con excesiva vehemencia y desde posiciones reduccionistas, pero en un lenguaje coloquial, es así como lo veo. Sé que sobre este asunto, de quienes nos gobiernan y de como lo hacen, hay mucho de lo que hablar, y por ello invito a que lo hagamos, para tratar de mejorar la gobernanza de nuestro pueblo.