Angel Malatesta, historiador y poeta, nos remite un escrito sobre un hecho que seguramente no salga en los telediarios de las grandes cadenas de teevisión, pero que es necesario difundir: La lucha de un grupo de mujeres contra todo tipo de discriminación hacia la figura femenina, desde los feminicidios a las desigualdades laborales. Esto es lo que nos cuenta, ójala atraviese conciencias y no caiga en saco roto.
Hace ya más de una semana que ocho mujeres se pusieron en huelga de hambre y ocuparon el espacio urbano de la Puerta del Sol de Madrid para romper la invisibilización a la que las aboca el patriarcado como estructura de sometimiento hacia la mujer.
Su reivindicación es bien clara: otorgarle protagonismo a una lucha eficaz y comprometida contra la violencia de género. Poseen un manifiesto con veinticinco puntos de carácter legal, pero también con fundamentales contenidos de raíces sociales y culturales. Debemos entender que la violencia contra las mujeres actúa como una apisonadora estructural de un sistema que discrimina explícita e implícitamente a las mujeres.
Sus nombres son Gloria, Martina, Patricia, Marian, Susana, Sara, Sonia y Celia; y representan a todas las mujeres asesinadas, maltratadas, violadas o que sufran cotidianamente cualquier represión de género sobre ellas. Convencidas de la importancia de abrir definitivamente una brecha en la historia de las desigualdades, no desistirán hasta lograr sus objetivos. Aunque encuentran el apoyo general de las personas que se acercan a solidarizarse con ellas, el apoyo solo de palabra no es suficiente, porque el patriarcado se quiebra solo con hechos.
Nos parece fundamental difundir su lucha, que va de la mano de cualquier otra lucha de los movimientos sociales y populares, pues el feminismo como herramienta de emancipación de las mujeres, debe impregnar nuestras acciones políticas a todos los niveles. Con esta iniciativa, estas mujeres nos demuestran que la lucha es el único camino, dándonos una lección a toda la sociedad para tomar conciencia y movernos sinceramente para construir la igualdad.
También queremos comentar que en esta situación, la sororidad y el apoyo entre mujeres y colectivos feministas, resulta imprescindible. A tan solo menos de un mes de celebrarse el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se están organizando ya numerosas movilizaciones a nivel mundial, e incluso se está tratando de potenciar la iniciativa de un paro internacional de mujeres.
Estas mujeres, lejos de ser mártires ni heroínas, con su campaña suponen un ejemplo de empoderamiento feminista, y han lanzado la campaña “Todas a Sol”, invitando a unirse a más mujeres, porque tal y como afirman ellas mismas, ‘nos siguen matando, y a gran parte de la sociedad parece no importarle’.
Por Angel Malatesta
¡Bien por ellas!