Este artículo lo escribí el veintiuno de junio del pasado mes, cuando llegué a casa después de haberme tomado un refrigerio con unos amigos debajo del majestuoso Nogal, ya que estaba próximo a la terraza del bar “El Pilar” donde nos encontrábamos. Observándole y viendo el sitio en el que estaba plantado, me dio en la nariz que corría peligro y por ello me dispuse a escribir sobre el tema.
Lo hice con la esperanza y la ilusión de levantar un movimiento ciudadano, que pudiera impedir que el Nogal fuese talado, como así ha sucedido. Cometido el asesinato de este magnífico ejemplar, que seguramente era uno de los árboles más emblemáticos que tenía la ciudad, y sin que se haya podido evitar, creo que ahora tocaría al menos enterarnos de cuáles han sido las razones por las que se ha cometido este atentado contra la naturaleza, y si pudiera tratarse de un delito medioambiental, sobre una especie que debería estar protegida por todos los beneficios que aporta al medio ambiente.
A continuación, se ofrece el artículo en el que se hablaba del Nogal que han asesinado impunemente, haciéndolo además en el momento en el que se encontraba con mayor esplendor, la savia a pleno rendimiento y cargadito de nueces.
En el número treinta y cuatro de la calle San Onofre, junto a el bar “El Pilar” hay un espléndido Nogal que muchos habréis visto y posiblemente también os habéis fijado en él. Se trata de un árbol de porte majestuoso que presenta un buen estado de salud, a juzgar por el aspecto de su tronco, el lustre de sus hojas, ramas y frutos, que en conjunto le dan un aspecto distintivo y elegante.
Es un hermoso árbol del que no conocemos con exactitud su edad, pero fácilmente supere los veinticinco o treinta años o incluso algunos más. Pero este magnífico representante de las especies arbóreas más significativas del planeta y en especial de la península ibérica, este noble árbol de apreciados frutos y generador de biodiversidad, sombra y humedad, corre serio riesgo en un futuro no muy lejano.
Sucede que este ejemplar se encuentra en el patio de una casa baja y antigua, que muy probablemente será derribada en breve para especular con su terreno, ya que al encontrarse en una zona céntrica del pueblo su espacio es muy goloso para la edificación de viviendas. Si esto sucediera, operación muy posible dado el afán inmobiliario existente, este magnífico ejemplar de ser vivo, “el Nogal de San Onofre” se encontraría en peligro cierto de desaparición.
Sin duda, será talado en beneficio del hormigón y de los intereses privados de unos pocos, que generará un nuevo perjuicio sobre el capital natural de Sanse. Un atropello más al ecosistema urbano, que traerá consigo una disminución de la biodiversidad, la humedad ambiente y la degradación del paisaje de la ciudad.
Si no nos confabulamos para protegerle, le perderemos, y será en términos naturales una perdida difícil de recuperar. Corren tiempos, en los que debemos esforzarnos por defender los entornos naturales, pues con ello protegemos también nuestra salud, y la de otras muchas especies naturales.
Defender a este ejemplar de las garras especulativas y de la codicia humana, es una lucha hoy en día muy necesaria e importante, aunque no nos demos cuenta, pues se trata de salvarle la vida a un ejemplar natural de primer orden. La defensa del Nogal de San Onofre es un objetivo medioambientalmente imprescindible para la preservación de los espacios naturales de Sanse.
Esta especie, a lo largo de su historia y de la nuestra, nos ha dado ricos y saludables frutos para comer, noble madera para construir utensilios, muebles o estructuras, y refrescantes sombras en las que se han guarecido las gentes del intenso calor.
Es también refugio de vida para muchas especies animales, y sustento para otras tantas vegetales, que equilibran los ecosistemas favoreciendo la salud. La defensa de este Nogal, que debería considerarse patrimonio natural de Sanse, es una lucha emblemática, necesaria para proteger los ecosistemas urbanos, y la preservación de sus espacios naturales.
Ojalá que esta inquietud manifestada en este artículo, donde se propone mostrarnos activos para garantizar la permanencia y vida saludable de este Nogal, sea compartida por mucha gente que sin duda desean que también en las ciudades se proteja naturaleza.
-La imagen de portada fue tomada una semana antes de su lamentable desaparición.-
Sin duda un suceso muy simbólico. Una pérdida que nos recuerda a otras y a los principios, o falta de ellos, que rigen en nuestro mundo de intereses. Gracias por el homenaje al nogal, se merece esta ceremonia y su recuerdo.