El presidente del Gobierno de España en funciones, Pedro Sánchez, y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, han inaugurado hoy la 25ª Conferencia de las Partes (Conference of Parties, CoP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La Cumbre del Clima de Madrid (CoP25), a la que está previsto asistan delegaciones de 196 países, debe servir para que los negociadores de los países terminen de cerrar el reglamento de desarrollo del Acuerdo de París contra el calentamiento global, que se debe empezar a aplicar durante la próxima década.
La CoP25 ocupará hasta siete pabellones de la Institución Ferial de Madrid (Ifema), lo que supone una superficie de más de 100.000 metros cuadrados, a la que hay que añadir un espacio adicional (centros de convenciones y salas de reuniones) de unos 13.000 metros cuadrados adyacentes al área de congresos. Los organizadores del evento esperan la visita de 25.000 personas procedentes de casi 200 países. El objetivo oficial de esta CoP -objetivo «gubernamental»- es cerrar el reglamento de desarrollo del Acuerdo de París, pero lo cierto es que la ciencia y la sociedad civil están presionando cada vez más a los gobiernos para que aprovechen esta cumbre para elevar sus compromisos de recorte de emisiones de gases efecto invernadero.
Naciones Unidas también está urgiendo a los líderes políticos de todo el mundo en esa dirección. Ayer mismo, durante el acto de clausura de la Conferencia de la Juventud, evento celebrado en Madrid a modo de prolegómeno de la Cumbre del Clima, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertaba: «el punto de no retorno ya no está en el horizonte; está a la vista y se precipita hacia nosotros; los últimos cinco años han sido los más calurosos jamás registrados; los niveles del mar son los más altos en la historia humana». El secretario general de Naciones Unidas ha matizado sin embargo: «mi mensaje aquí hoy es de esperanza, no de desesperación» y, en ese sentido, ha apelado a los científicos, que «han proporcionado una hoja de ruta para limitar el aumento de la temperatura global».
Antonio Guterres, secretario general de la ONU: «hasta ahora, los esfuerzos han sido completamente insuficientes y los compromisos del Acuerdo de París todavía significan un aumento de 3,2 grados a menos que se tomen medidas más drásticas; aún así, limitar la temperatura global a un aumento de 1,5 grados aún está al alcance. Las tecnologías que son necesarias para hacer esto posible ya están disponibles, las señales de esperanza se están multiplicando. La opinión pública está despertando en todas partes. Los jóvenes muestran un notable liderazgo y movilización. El ingrediente clave que falta es la falta de voluntad política: voluntad política para ponerle precio al carbono. Voluntad política para detener los subsidios a los combustibles fósiles, o para cambiar los impuestos de los ingresos al carbono gravando la contaminación en lugar de las personas»
Madrid es la oportunidad
Madrid acoge a partir de hoy una Cumbre del Clima, la vigésima quinta, llamada a comenzar a materializar esa voluntad política. Como viene siendo habitual en la organización de las CoPs, se dispone de dos zonas diferenciadas donde se celebran los diferentes eventos y reuniones: una zona azul, centrada en los eventos y negociaciones formales de Naciones Unidas, y una zona verde, el espacio dedicado a la participación de la sociedad civil.
La Zona Azul es el espacio administrado por las Naciones Unidas y en el cual tendrán lugar las sesiones de negociación de la 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), la décimo quinta reunión de las Partes en el Protocolo de Kioto (CMP15) y la segunda reunión de las Partes del Acuerdo de París (CMA 2), así como los actos y eventos paralelos de la agenda oficial de Naciones Unidas. Es el espacio administrado por las Naciones Unidas y es la zona de la negociación multilateral propiamente dicha, donde están los dos plenarios y las salas de reuniones para la negociación y las salas y pabellones de las delegaciones.
La Zona Verde, que ocupará unos 3.000 metros cuadrados, es un espacio ciudadano, de encuentro y concienciación medioambiental, con el que España quiere contribuir a facilitar la participación de toda la sociedad civil. La temática de las actividades que se van a realizar en este espacio versarán sobre transición justa, salud, género, finanzas sostenibles, innovación, bosques, ciencia y cambio climático o soluciones basadas en la naturaleza.
La primera semana de la CoP será de carácter técnico
El segmento de alto nivel o tramo ministerial, donde los ministros ya entran en la negociación, que hasta el momento ha sido eminentemente técnica por parte de los delegados de los países, tendrá lugar los días 10 y 11 de diciembre. Los días 12 y 13 están previstos los plenarios de cierre de la conferencia. Esto es una novedad, porque normalmente los plenarios de clausura quedaban restringidos al último día de la conferencia, pero la Presidencia chilena lo ha organizado en dos días (estaba previsto que Santiago de Chile acogiera esta Cumbre, pero las protestas ciudadanos que están teniendo lugar en el país andino en estas fechas han obligado al Ejecutivo chileno a renunciar a su organización, de la que se hizo cargo hace apenas unas semanas el Gobierno de España).
El coste estimado por parte del Gobierno que preside en funciones Pedro Sánchez es de unos 50 millones de euros, «una cifra -explican desde el Ministerio para la Transición Ecológica- que está en la horquilla de los 37 millones de euros que costó la CoP más barata y los 178 que costó la Cumbre de París en 2015».
Respecto a las toneladas de CO2 que genera una Cumbre y cómo compensarlas, la estimación general de emisiones de una CoP está en torno a las 65.000 toneladas de CO2. El Gobierno de España ya ha anunciado que podrá estimar las emisiones que generará la organización de la CoP25 en Madrid «cuando esté confirmado el número final de participantes que acuden» y ha adelantado que «todas las emisiones que genere la CoP25 serán compensadas con reducciones certificadas de emisiones de Naciones Unidas adquiridas por el Gobierno de España y que provienen de proyectos impulsados por bancos de desarrollo». Además, el Ejecutivo ha asegurado que tiene previsto cancelar más reducciones de las necesarias para compensar, «de modo que haya, holgadamente, un beneficio neto para el clima».