Decía Aristóteles: << La amistad consiste en querer y procurar el bien del amigo por el amigo mismo.>>.
Lo mejor que a uno le puede ocurrir en la vida… es encontrar una ¡¡verdadera amistad!!.
Es contar con una mano tendida cuando sientes que has perdido el camino; es saber que estés donde estés, alguien te recuerda siempre. Es encontrar con quien reír, con quien llorar, con quien hablar.
La amistad radica en saber valorar más dos manos que te abrazan en los momentos de tristeza……que mil manos aplaudiendo tus éxitos.
En la amistad no se busca la «utilidad» sino que a ella se va más para dar que para recibir.Una verdadera amistad es solo la que enriquece a los dos amigos, aquella en la que uno y el otro dan lo que tienen y, sobre todo, lo que son. Es la que duplica nuestras alegrías y que divide nuestras tristezas.
Una verdadera amistad no se conquista ni se impone, porque esta nace del corazón. En ningún caso es simple compañerismo o camaradería.
El amigo es aquel que a pesar de la distancia, te abraza con palabras en todos los momentos de la vida. Es el que interpreta tus miradas, el que entiende tus silencios, el que perdona tus errores, el que guarda tus secretos, el que previene tus caídas, o el que seca tus lágrimas.
La verdadera amistad no trata de quién vino primero o de quién te conoce más tiempo, se trata de quién llegó y nunca se fue.
En definitiva: La amistad es una bella mezcla de sentimientos.