España, un país instalado en el engaño y la mentira permanente

En estos últimos días, volvemos a comprobar que España es un país montado sobre el engaño y la mentira permanente. No por casualidad, fue el país que descubrió y desarrolló la picaresca hace más de 400 años, como ya denunciaron Cervantes, Quevedo, y tantos otros. Hoy, podemos comprobar que esa picaresca está incrustada en todas las esferas de la sociedad, con diferentes disfraces y máscaras, y algunas, hasta sin máscaras. Veamos algunos de esos engaños, mentiras, falsedades, etc…

El 13 de febrero se presentaron los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el Parlamento, que debían regir la economía del país el próximo año. Presupuestos basados en los acuerdos firmados por Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, y Pablo Iglesias, en representación de Unidos Podemos, en octubre de 2018. Desde la firma del acuerdo, el PSOE y su Gobierno poco o nada han hecho por defender  y aplicar dichos acuerdos. Se negaron a aplicar el acuerdo sobre el control de los alquileres, permitiendo que siga la especulación del alquiler. Se negaron a acabar con las reformas laborales de Rajoy (PP) y Zapatero (PSOE), causantes de la brutal  precariedad laboral que padece el país, etc… Antes de la presentación de los PGE, ha habido escasa o casi nula voluntad de negociarlos con todas las fuerzas políticas que votaron la moción de censura contra Rajoy. Y todo ello, con la brutal oposición de los sectores más neoliberales del PSOE, porque hubieran sido los presupuestos más progresistas de los 40 años de pseudodemocracia. Afortunadamente, se coló por vía decreto, la subida del salario mínimo a 900€. Al gobierno del PSOE le ha temblado la mano a la hora de enfrentarse a la derecha fascista de Pablo Casado, Albert Rivera y Abascal, todos ellos manejados por Aznar, y también a la derechona neoliberal del PSOE de Felipe Gonzalez, Guerra, Susana Díaz, Page, Ibarra, etc… Y el Gobierno de Pedro Sánchez, mientras parecía defender los PGE en voz baja, pactaba con el PP la incomparecencia de Rajoy en la comisión que investiga la financiación ilegal del PP. PSOE y PP tienen todos los delitos de corrupción pactados, ninguno va a acabar condenado, lo vaticino ya.
 
En este tiempo, hemos visto la derecha fascista convocando movilizaciones contra el Gobierno y por la unidad de España. Curiosamente, los independentista a los que acusan de querer romper España, han votado con ellos contra los PGE. En esa campaña de difamación y mentiras, han lanzado una burda y peligrosa mentira, como es cuestionar la legalidad de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. En España, por la ley electoral y la Constitución, el Presidente del Gobierno lo eligen las Cortes, no se elige por sufragio universal. Pedro Sánchez fue elegido democráticamente por la mayoría parlamentaria que apoyó el voto de censura contra Rajoy. Esa burda mentira, a fuerza de repetirse por los medios de manipulación de masas que ellos manipulan, acaba siendo asumida por personas normales, como si la moción de censura fuera un acto anticonstitucional.
 
En estos días se ha iniciado el juicio contra los presos políticos catalanes por el “procés”, juicio que empieza con las falsas acusaciones de violencia, rebelión y sedición. Esas falsas acusaciones son la parte esencial de las acusaciones por las ideas políticas a los procesados, acusaciones que han sido refutadas ampliamente por expertos juristas de España e internacionales, pero que el tribunal de la farsa las piensa mantener para justificar las condenas. Los jueces y fiscales del tribunal de la farsa, fueron elegidos en su día por PP y PSOE. 
 
A todo este gran engaño y mentira nacional permanente, involuntariamente participa la izquierda, que no deja de amagar con movilización, pero que no acaba de convocar. Una izquierda que bajo el subterfugio de que deben convocar las organizaciones de masas, no se atreve a movilizar contra la grave situación política que atraviesa el país. Vivimos un serio retroceso político al fascismo capitaneado por el fascismo de PP, C’s y Vox, y los acérrimos neoliberales del PSOE y nacionalistas diversos, con el apoyo de la Cía, Trump y sus estructuras del FMI, BM, BCE, etc… Y contra este serio retroceso hay que responder desde la calle, con amplias movilizaciones de masas, encabezadas por los partidos de izquierdas de Unidos Podemos, y quienes deseen apoyar, buscando la máxima participación popular. La izquierda ha defendido muy dignamente desde el Parlamento los PGE, pero no los ha defendido desde la calle, como era su deber, cuyo rechazo puede hacer retroceder años atrás en avances sociales. La izquierda, Unidos Podemos, no se ha movilizado en la calle contra las movilizaciones y las mentiras del fascismo. La izquierda, Unidos Podemos, no se ha movilizado contra la farsa de juicio contra los presos políticos catalanes, ni contra la permanente manipulación de la justicia en manos de la derecha fascista posfranquista. El deterioro de la justicia en España es brutal, pero siguen rigiendo la justicia un Presidente y un CGPJ caducados y caducos. La izquierda debiera haberse movilizado en la calle hace tiempo contra esa in-justicia. La izquierda tiene que denunciar también esa falsa izquierda, camuflada bajo la izquierda amable, que engaña y miente al electorado de izquierda. Hace unos días, en una declaración de tinte nítidamente anticomunista, Manuela Carmena declaraba que “los que quieran un mundo sin empresas no pueden gobernar Madrid”. Con personajes así no se puede ir a ningún sitio. La izquierda necesita aclarar sus políticas, y actuar consecuentemente para no verse envuelta en la mentira y el engaño permanente de esta sociedad manipulada por las derechas fascistas y neoliberales.
Pedro Marín del Valle.