Mariano Rajoy ganó las elecciones por primera vez el 20 de noviembre de 2011. Han pasado más de seis años desde entonces y el señor de los hilillos, el del primo del cambio climático, sigue gobernando los destinos de este país. Ahora lo hace gracias al apoyo de Ciudadanos, ese partido que empieza siempre en Venezuela y acaba siempre en Génova. La marca naranja votó a favor de la última investidura rajoyana y el PSOE hizo entonces lo que mejor sabe hacer: colocarse en Modo Mamporrero para facilitarle las cosas a la derecha cuando la derecha no sabe hacerlas ella sola. España no va bien, por mucho que se empeñen en contárnosla así Rajoy y sus ciudadanos. «La ansiedad y la depresión se disparan entre las víctimas de los desahucios». En España se producen aproximadamente 185 desahucios cada día.
Un estudio liderado por la Universidad de Granada ha revelado que el 88% de los desahuciados presentan ansiedad y el 91%, depresión. El estudio, en el que han participado 205 sujetos que se han enfrentado a un proceso de este tipo, fue difundido ayer por el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), «agencia pública de ámbito estatal especializada en información sobre ciencia, tecnología e innovación», y revela que «los desahucios tienen consecuencias nefastas sobre la salud mental de las personas afectadas».
El hallazgo es fruto de una investigación que han llevado a cabo científicos de la Universidad de Granada (UGR) e investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada, que han examinado los síntomas de ansiedad, depresión y estrés de los deshauciados. Su trabajo ha demostrado que este colectivo muestra índices muy altos de ansiedad (88% de los entrevistados) y depresión (91%). El estudio revela por otra parte que son las mujeres las que presentan niveles más altos tanto de ansiedad como de depresión.
Síntomas psicopatológicos
Una de las investigadoras de este proyecto, la profesora de la UGR Humbelina Robles Ortega, señala que “sin duda, uno de los datos más llamativos que hemos encontrado tiene que ver con la alta incidencia de sintomatología de estrés postraumático en las personas que están viviendo un proceso dramático como es el de los desahucios. Desde que se inicia el proceso –con la dificultad para pagar la hipoteca cada mes- hasta el momento en que la familia es desalojada de la vivienda, pueden transcurrir años”.
Se trata de un periodo prolongado de estrés, “una situación de amenaza e incertidumbre dramática -apunta la profesora Robles- con la que se levantan cada mañana y se acuestan cada noche, que afecta a su integridad física y psicológica”. La impotencia ante el desahucio es otro de los sentimientos que invaden a los afectados: «hemos encontrado una alta proporción de participantes -explica la profesora- que están viviendo la amenaza de perder su hogar con temor, impotencia y horror. En concreto, el 72,5% de los entrevistados”.
Al igual que ocurre con los niveles de ansiedad y depresión, el estudio revela «diferencias de género en sintomatología de estrés postraumático, siendo las mujeres las que presentan niveles de síntomas de estrés postraumático más altos». Según Robles, estos hallazgos tienen importantes implicaciones clínicas, sociales y políticas “que exigen medidas urgentes para atender la salud mental de las personas afectadas”. El estudio concluye que es necesario implementar políticas efectivas para encontrar soluciones alternativas a la etapa final del proceso de desalojo de viviendas.
En este estudio, publicado recientemente en la revista The Spanish Journal of Psychology, fueron entrevistados de forma individualizada 205 participantes voluntarios asistentes a la Plataforma Stop Desahucios de la ciudad de Granada y su área metropolitana.