Taras Shevchenko (1814-1861) fue un artista y escritor ucraniano al que se considera el mayor poeta de Ucrania y el fundador de la literatura ucraniana moderna. Nació en una familia de siervos en la aldea de Morinsty, en la actual Ucrania, que entonces formaba parte del Imperio ruso. Al quedar huérfano a temprana edad, estudió con los pintores de íconos locales. Aprendió a leer y escribir y se mudó con su amo a Vilnius y más tarde a San Petersburgo, donde se le permitió estudiar arte. Con la ayuda de hombres influyentes que reconocieron su talento, ganó su libertad en 1838. Comenzó a escribir poesía y, en 1840, publicó Kobzar, su primer libro de poesía. El título hace referencia a los antiguos poetas ucranianos que viajaban por el campo cantando poemas épicos, a menudo acompañados de un instrumento de cuerdas: la kobza. El libro alcanzó un lugar especial en la herencia espiritual del pueblo ucraniano, y Shevchenko pasó a ser llamado «Kobzar». Aquí se muestra la modesta primera edición de 1840, la más rara de las muchas ediciones e impresiones de Kobzar. Una hoja insertada contiene un dibujo de un kobzar de V.I. Sternberg. La colección tiene ocho poemas o baladas: «Dumy, moi Dumy» (Dedicación), «Perebendya», «Kateryna» (Katerina), «Topolya» (El álamo), «Dumka», «Do Osnovyanenka» (Para Osnovyanenko), «Ivan Pidkova» y «Tarasova Nich» (La noche de Taras).
Taras Sevchenko pasó los últimos años de su vida escribiendo poesía y pintando, pero tras los años de exilio, su salud se deterioró y murió el 10 de marzo de 1861. Su obra se convirtió en cánticos populares, que cantaba y canta el pueblo ucraniano e impulsó a más escritores a escribir en lengua ucraniana, hasta entonces considerada por muchos como un dialecto del ruso. Varios músicos se han basado en su obra: el compositor austriaco Eusebius Mandyczewski se inspiró en sus textos para componer canciones y el grupo de Heavy metal Drudkh ha musicalizado varios de sus textos.
(Fuente: Wikipedia y BIBLIOTECA DIGITAL MUNDIAL)
PARA MI HERMANA
Pasando por humildes pueblos,
Cercanos al Dniéper y entristecidos,
Pensaba: ¿Dónde sucumbiré?
¿Y qué me deparará el mundo?
Y sueño una utopía: observo,
En el jardín, envuelta de flores,
De pie en una colina,
Como de una joven se tratara, una casa,
El Dniéper se extiende por completo!
Brilla el Padre y se abrasa!
Contemplo, en un jardín oscuro,
Debajo del cerezo y en la sombra,
A mi única hermana!
Santa sufridora!
Como si en el paraíso se hallara, descansa
Y detrás del ancho Dniéper,
A mí, desdichado, me observa.
Y le parece que emerge
De las olas un barco, flotando…
Y con las olas chocando.
¡Mi hermanito! ¡Mi destino!»
Y nos despertamos. ¡Tu…
Como sierva, y yo en cautiverio!..
Así es como nos ha tocado.
¡Desde la infancia, por espinoso campo!
Reza, hermana! Saldremos vivos,
Será Dios quien nos ayude a cruzarlo.
TESTAMENTO
Cuando muera, enterradme
en una tumba alta,
en medio de la estepa
de mi adorada Ucrania.
¡Así yo podré ver los campos anchurosos,
el Dnipró, sus represas agitadas,
y podré oír también
cómo braman sus aguas!
Y cuando el río arrastre atravesando Ucrania
hasta la mar azul
tanta sangre adversaria,
entonces dejaré los campos y los montes
y volaré hacia Dios
a alzarle mi plegaria,
pero hasta que ello llegue
de Dios no sabré nada …
¡A mí, enterradme, mas de pie vosotros,
las cadenas que os atan quebrantad,
y con la impura sangre derramada
la Libertad sagrada salpicad!
¡Y ya en familia inmensa,
familia libre y nueva,
no olvidéis recordarme
con una palabra buena!
Traducción de Ángel J. Battistessa