Defiendo la democracia, y se podría decir que soy antisistema. ¿Acaso hay algo malo en ser un antisistema? NO. Pero es peligroso. Es peligroso para la comodidad de los políticos, para las empresas del IBEX35 y para todos aquellos que ven peligrar su confortabilidad. ¿Y por qué es peligroso? Fácil, un antisistema es todo aquel que no está de acuerdo con la forma en la que se hacen la cosas. Es peligroso todo aquel que PIENSA en como cambiar las cosas, todo aquel que no es fácil de etiquetar, porque esas personas son más difíciles de controlar y de manipular. Esas personas, pueden abrir los ojos a muchas otras… y eso es peligroso.
En resumen, SON PELIGROSOS PORQUE PIENSAN. Así que manos a la obra, hagámosnos con el poder y controlemos la educación de la población, manipulemos la información, ofrezcamos un circo a través de los medios y así podremos controlar las masas. Se han molestado mucho desde ciertos sectores de la política, sobre todo desde la derecha española, en que la palabra antisistema vaya al lado de la palabra radical (al parecer los casos aislados sólo se suceden en el Partido Popular), a eso se le llama MIEDO. Se han molestado en mostrar imágenes falsas de batallas campales, de ocultar los abusos de fuerza de sus brazos ejecutores y de que nadie pudiese hacerlo, todo por MIEDO.
Sí, habéis leído bien, NOS TIENEN MIEDO. Porque en este sistema democrático que tanto defienden, no pueden «fusilar» al que piensa, sólo al que actúa de forma radical, de ahí que se tomen tantas molestias. Pero siento deciros que soy antisistema. No creo en esta farsa de democracia, sino en una democracia real (de esto ya hablaremos otro día) y no, no soy radical. Prefiero usar el arma a la que tantos tenéis miedo, LA PALABRA.
Soy anti sistema, porque el sistema es antimi, salvo algunas cosas, estás en concreto http://www.elmundo.es/madrid/2017/09/20/59c16763268e3efa3b8b478c.html
¡No hay pan para tanto chorizo!
http://www.elmundo.es/madrid/2017/09/20/59c16763268e3efa3b8b478c.html