Hablando a través del típico grupo de amigos por el móvil, surgió un debate a raíz de la imagen de la cabecera. Inmediatamente uno de mis amigos dijo que esas pintadas no deberían verlas los niños, ya que son totalmente ofensivas y fuera de tono. Le hice la observación de que los niños no se habían dado cuenta porque estaban con los móviles, respuesta que no le convenció para nada, pues podría pasar un niño sin móvil y verlo. A partir de ese punto empecé a explicarle todo – Veras, el autor de esa fotografía ha conseguido exactamente lo que se propuso, y es demostrar que mientras tú te escandalizabas por el mural, los niños estaban con unos dispositivos móviles con acceso sin restricciones a un sinfín de contenido muchísimo más peligroso para ellos, y sin que nadie haga nada.
Porque existen dos tipos de personas, las que se fijan en el muro e intentan destruirlo mientras descuidan la educación de sus hijos, y los que enseñan a sus hijos a vivir en el mundo que les ha tocado, con valores fuertes, y que lo único que puede provocar esa pintada es una carcajada.- Y es que la única verdad es, que si un niño ve los dibujos pintados de esa manera, lo más probable es que le hiciese gracia ver el culo a Popeye. Cualquier otro trasfondo y lectura que se haga va en la mente de cada persona, a menudo machacada por la realidad. Y de eso no tienen la culpa los niños.
Al educar un niño, no levantes muros al rededor de él que le impidan ver el mundo. Muéstraselo y enséñale a caminar en él. Esa es mi misión.
Rubén Pertejo