El exconcejal de Ganemos Ramón Sánchez Arrieta, responsable de la delegación de Hacienda en el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes hasta el pasado mes de abril, difundió ayer un comunicado -a través de su perfil público de Facebook- en el que critica el modus operandi del líder de su partido, Javier Heras, en el Caso Helena Ramos, auxiliar administrativa de Ganemos SanSe hasta el pasado 31 de agosto, día en que fue apartada por Heras de su puesto sin previo aviso y sin ninguna explicación, según Arrieta. Ramos ha sido la auxiliar administrativa del equipo de Heras durante seis años (ya lo fue la pasada legislatura, cuando Heras lideraba el Grupo Municipal de Izquierda Unida).
La carta de Ramón Sánchez Arrieta (militante de Izquierda Unida y exconcejal de Ganemos SanSe) ha suscitado todo un vendaval de reacciones en las redes sociales y se inscribe en la guerra total en la que está inmersa esta formación política, cada vez más controlada por la troica que conforman Javier Heras, Jussara Malvar y Ángeles Barba. Estos tres concejales, en compañía de Iván Cardador -exmilitante de Izquierda Unida y expulsado de Sí Se Puede- pusieron en marcha en las últimas fiestas la autodenominada Caseta del Cambio, con la que pretendían construir la imagen de un Ganemos SanSe como «la casa de la unidad«. El montaje no ha resultado, pues se han desligado de él tanto la Asamblea de Izquierda Unida de San Sebastián de los Reyes, como Podemos SanSe y Sí Se Puede Alternativa por la Comunidad de Madrid. Pues bien, la puntilla al Montaje de la Unidad se la daba ayer Ramón Sánchez Arrieta -exconcejal del propio Ganemos SanSe- con una carta en la que critica las maneras del líder de Ganemos, Javier Heras.
Por su interés, la reproducimos, íntegramente, a continuación.
«Ya han pasado cuatro meses desde que dimití de mi acta de concejal. Desde mi despedida en el pleno de abril he permanecido en silencio en el ámbito público, solamente me he manifestado dentro de los órganos de nuestra organización. Porque soy de la opinión de que, aunque en algún momento se discrepe de forma severa de las actuaciones políticas de nuestras organizaciones, acudir a la denuncia pública puede ser contraproducente no porque “la ropa sucia se lava en casa” sino porque el mensaje que llega finalmente a la ciudadanía no es el fondo de la discrepancia en el debate político sino el “ya están estos con sus peleas de siempre”. Y como durante toda mi vida de militancia política y activismo social siempre he considerado que los partidos y organizaciones son herramientas necesarias, considero que hay que ser muy cuidadoso ellas porque es muy fácil destruir pero muy difícil reconstruir.
Por ese motivo he pasado por alto los escritos del grupo municipal Ganemos Sanse en la revista municipal La Plaza de los meses de mayo y junio. En uno se me nombre explícitamente y en el otro de forma tácita. Al leerlas entonces aunque me sentí liberado de mi deber de lealtad hacia el grupo y, a pesar de las llamadas de personas amigas pidiéndome una respuesta, decidí que era mejor dejarlo pasar. Las personas que me conocen tienen criterios suficientes para llegar a sus propias conclusiones.
Pero hay un nuevo acontecimiento que ya no debo dejar pasar. El pasado jueves día 31 de agosto me enteré de que el portavoz del grupo municipal Ganemos Sanse, Javier Heras, había entregado a la compañera que realizaba las tareas de auxiliar administrativo en dicho grupo la resolución (firmada por el Alcalde–Presidente) en la que, a petición de dicho portavoz, cesaba a esta compañera desde ese mismo día. Como en el escrito no hay explicación alguna del motivo, ni esta compañera ha recibido explicación alguna del mismo ni oral ni escrita, estaríamos hablando de un despido nulo de pleno derecho si en este caso fuese de aplicación el Estatuto de los Trabajadores. Como no es el caso, la decisión es perfectamente legal, pero otra cosa es que éticamente, sea propia de un representante público de la dirección de Madrid de Izquierda Unida.
Ya sé que a posteriori, se van a aducir razones para el despido, pero la credibilidad de esas razones estará anulada por el hecho de no haber comunicado a la interesada con anterioridad las mismas. Las razones que se esgriman en realidad serán excusas para justificar una actuación injustificable como lo es despedir a una compañera sin haber hablado con ella previamente para darle la oportunidad para rebatir las razones que lo motivan o, en caso de ser justas, aceptarlas y corregir lo que sea menester. No quiero pensar que el motivo real que hay detrás de esta decisión sea el que esta compañera se ha posicionado políticamente de forma distinta a la del resto del grupo municipal, eso sería perfectamente calificable como purga política.
Por otra parte, ¿es una decisión personal del portavoz? ¿la tomó el grupo municipal e una reunión a la que no se invitó a la interesada siendo como era en ese momento miembro del grupo? En ese caso estaríamos ante una reunión clandestina de dicho grupo.
Ganemos Sanse decidió en asamblea en el año 2015 que para los puestos de confianza, como es el caso, se haría una convocatoria para que pudiesen presentarse las personas que lo considerasen conveniente a las pruebas de selección. Al parecer ya hay sustituto de la compañera. ¿Cuándo y dónde se ha convocado la plaza? Si no se ha convocado, ¿qué asamblea ha cambiado las normas?
Por la gravedad del asunto, me manifiesto públicamente. No va a ser en igualdad de condiciones puesto que este escrito no estará en la revista municipal financiada con fondos públicos y repartida por todo el municipio sino en mi página de Facebook para quien la quiera leer». Fin de la carta de Ramón Sánchez Arrieta
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