Surgimos del inconformismo, hace un año ya, y en él nos hallamos instalados, sin acomodarnos, buscando nuevos horizontes en esta alocada carrera por contar la verdad.
Un año atrás era escéptico, no estaba convencido de si era o no la forma correcta de canalizar nuestra rabia. El coraje de sabernos despojados de la democracia que tanto ansiabamos.
Hoy es certeza, la de saber que vamos por el buen camino, incomodando a los que mandan por lo impoluto de lo narrado, satisfaciendo a nuestra gente, al pueblo, por la honestidad de nuestro mensaje.
Y sobre todo por haber conformado un colectivo único por lo heterogéneo, valiente, coherente y libre hasta la médula.
Esa libertad, tan escasa como necesaria en el panorama de los medios de comunicación, es un valor en sí mismo que debemos preservar. Nos lo reclaman, se lo debemos.
Es lo que hay, y lo contamos.