No pedimos permiso

«No pedimos permiso» es el grito desesperado de Houda, una mujer de la Cañada Real, a la que junto a otras 4000 personas, 1500 de ellas niños y niñas, les arrebataron la luz hace ya cuatro años. Naturgy les dejó sin luz y así lo consintieron gobiernos e instituciones españolas. Hace unos días, el Comité Europeo de Derechos Sociales condenó a España por permitir los cortes de luz en La Cañada, pero la luz aún no ha vuelto.

Houda Akrikez es presidenta de la asociación cultural Tabadol y activista por los derechos humanos en la Cañada Real Galiana.

No pedimos permiso.
Nunca lo hicimos.
No lo hicimos cuando nos dejaron a oscuras,
ni cuando nos dijeron: “Es lo que hay, aguanta”.
No lo hicimos cuando el frío entró por las grietas
y sus promesas vacías se rompieron como el hielo.
No pedimos permiso.
Estamos hartas de sus excusas,
de su silencio cómplice,
de sus ojos ciegos frente a nuestras cicatrices.
Dicen que exageramos,
que la violencia es una palabra grande
que no cabe en nuestras vidas pequeñas.
¡Que se atrevan a vivir un día en nuestra piel,
a calentar el agua con fuego y rabia,
a dormir con el miedo como manta!
No pedimos permiso.
Hoy no vamos a callar.
Hoy gritamos,
por las madres que protegen con manos rotas,
por las niñas que crecen pensando
que la oscuridad es un destino,
por las voces que el sistema intenta silenciar
con la brutalidad de su indiferencia.
No pedimos permiso.
¡No más migajas!
Queremos luz, queremos justicia,
queremos que el mundo sepa
que la violencia institucional es un arma
que apuntan a nuestras vidas todos los días.
No pedimos permiso.
No somos víctimas en silencio,
somos furia organizada.
Somos las que cargamos a cuestas el peso del abandono
y aún así seguimos de pie.
somos las que enseñan a leer con velas,
las que luchan con manos vacías
y corazones llenos de dignidad.
No pedimos permiso.
Tanto hoy como el 8 de marzo,
la rabia nos pertenece.
Que tiemble el sistema que nos condena,
que arda la indiferencia que nos aplasta,
porque no habrá silencio capaz de apagar
las voces de todas las que resistimos.
Por todo esto, no pedimos permiso.
Houda Akrikez

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *