¡El 15M no debe morir!

En la última edición del domingo pasado, el programa de televisión “El Objetivo” de la 6ª fue emitido desde la Puerta del Sol de Madrid y dedicado al 15M. Entre los entrevistados estuvo Iñigo Errejón, Secretario de Políticas Podemos, quién explicó con claridad las razones por las que este colectivo debe mantenerse independiente y jamás mezclarse con las fuerzas políticas, opinión que apoyo totalmente.

Entre sus opiniones, hubo una que me llamó particularmente la atención. Fue cuando se refirió a que “Las movilizaciones no duran para siempre, así que hay que acompañarla con instituciones” dando la idea que el 15M se pueda extinguir en el futuro.

Este tipo de afirmaciones son de las que por ser tan razonables, generalmente pasan desapercibidas y sin embargo deberían inducir a la reflexión cuando predicen la extinción de un movimiento que está revolucionando al mundo. Realmente, ¿podemos permitirnos que el 15M desaparezca?

Es cierto que las movilizaciones no duran para siempre, generalmente terminan cuando lo que las ha motivado desaparece o por la fatiga de quienes la impulsan. Esta última razón, después  de 5 años, no parece ser el caso del 15M, sin embargo existe el peligro que la primera si lo sea, como lo demuestra la historia en general y la de la España de la transición, en particular.

La sociedad en su conjunto ha olvidado la importancia que los griegos daban a la dialéctica, es decir a la confrontación de opiniones, para aclarar los conceptos y las ideas. Para ellos, esta dialéctica estaba en la base del concepto de democracia.

Me refiero a la dialéctica Gobierno-Ciudadanos, algo que es un instrumento  fundamental de la democracia para el buen funcionamiento del estado y, entre otras cosas, para evitar la corrupción. Éste es el instrumento más seguro e imparcial que un gobierno pueda tener en su “salpicadero”. Reemplaza a las encuestas de opinión, que tienen el defecto de no representar ajustadamente la opinión de los que encuesta, sino más bien la de los intereses que el encuestador representa, por más que éste se vista de santo. ¡Y es gratis!… debe serlo para no perder imparcialidad.

Los seres humanos somos imperfectos y por lo tanto pasibles de ser o volvernos corruptos cuando administramos mucho dinero (dicen que todo hombre tiene su precio) y los políticos necesariamente administran grandes y tentadoras cantidades, por lo que considero una tarea imposible el asegurar la honradez de un político, si no hay alguien que lo controle y que, a su vez, no pueda ser corruptible. Y como la realidad nos ha demostrado abundantemente, no existe una organización que pueda reemplazar al pueblo en esa función.

Aunque si los casos de corrupción que estamos viviendo tienen el rechazo de la ciudadanía, no dejo de reconocer que los responsables no son solo los políticos, sino también el pueblo, el ciudadano de a pié que sabía muy bien lo que pasaba, pero callaba. Una excusa muy frecuente era que “los políticos lo controlaban todo”. Si embargo, el 15M es una muestra de que esta afirmación es falsa.

Los trabajadores están “infiltrados” en todas las actividades de la nación y por lo tanto se enteran (oficialmente o extra-oficialmente) de casi todo lo que pasa en ellas. De allí que el pueblo estuviera informado del comportamiento corrupto de sus políticos. ¿Cómo es posible entonces que los políticos se hayan podido comportar con tanta impunidad? Una respuesta es la ausencia de esta función de control. Y esto resultó evidente un tiempo después que el 15M empezó a funcionar y la corrupción comenzó a salir a la luz.

Por lo tanto, la ciudadanía, si no quiere que se vuelva a caer en la situación actual, debería votar solo a los partidos políticos que en su programa incluyan fomentar la continuación del 15M y que aseguren su funcionamiento en el formato actual (que recuerda mucho al ágora griego), como método independiente y veraz de asegurar el buen funcionamiento de la democracia.

¡El 15M no debe desaparecer nunca porque es el instrumento idóneo para esta función y para que no volvamos a tropezar con la misma piedra otra vez!

Machiavelli

No tengo experiencia periodística ni he escrito libros. Pero he aprendido algunos principios de estrategia, lo que me lleva a analizar las situaciones bajo este punto de vista, evitando los temas triviales. Haber vivido y trabajado en varios países, no solo europeos, me da la posibilidad de comparar situaciones de la vida cotidiana. Esto también me ha hecho independiente de cualquier partido político. Ni de derechas, ni de izquierdas. Solo del pueblo y de la naturaleza.