Solo habían pasado 3 días desde que el Congreso de los Diputados había aprobado una iniciativa de Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Cataluña y Bildu a favor de un referéndum en el Sahara Occidental, ni más ni menos que reiterando la posición de las Naciones Unidad desde hace décadas. Ni PP ni VOX se atrevieron a votar en contra, el PSOE si.
Solo habían pasado 3 días desde el viaje de Pedro Sánchez a Rabat para firmar en persona la venta del Pueblo Saharaui con Mohamed VI.
Eran las 5 de la madrugada del pasado domingo 10 de abril cuando comenzó la primera ronda de bombardeos marroquíes sobre territorio saharaui, la segunda llegó a las 10 de la mañana.
Una mujer muerta y su hijo también, un número indeterminado de desaparecidos, destrucción de depósitos de agua, camiones de comerciantes argelinos, tiendas, automóviles, reuniones de vecinos…
Aviación y drones con misiles contra blancos civiles en la localidad de Ain Bentili, en la frontera mauritana con el territorio saharaui liberado.
Esto no ha salido en los telediarios, ni en las tertulias de analistas, ni ha merecido una comparecencia del presidente Pedro Sánchez, ni mucho menos es motivo de reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU, esto no debe ser una guerra, ni una ocupación, ni un atentado a la soberanía e integridad de un pueblo.
La verdad es que el PSOE los tiene muy gordos, muy gordos aquí, en casa, y muy pequeñitos por ahí fuera. La posición típica de los tiranos es la de ser fuerte con los débiles y débil con los fuertes.
¿Cómo se denomina a quien se pasa por el arco del triunfo la legalidad internacional?
¿Cómo llamar a quien incumple responsabilidades y compromisos irrevocables?
¿Qué nombre ponerle a quien preside el gobierno y actúa a espaldas y en contra de la voluntad mayoritaria del Parlamento?
¿Traidor, desleal, prepotente, vendido, soberbio, tirano, lacayo…? ¡Pónganle ustedes nombre si quieren! Pero llamarse se llama Pedro Sánchez.
Nada que comentar. Totalmente de acuerdo.