La tribuna que publicamos a continuación es obra de un nuevo colaborador de Esloquehay, un amigo de esta página que ya ha publicado algún texto aquí y que estamos seguros de que seguirá acompañándonos en este viaje periodístico. Gracias a gente como él seguimos en marcha. No te pierdas una línea, porque merece la pena que sepas, y que todos sepamos, dónde va la basura por la que tanto nos hacen pagar (el equipo de gobierno -PSOE, Ciudadanos- acaba de subir la tasa de recogida de basuras un 100%). [Imagen tomada el pasado 27 de octubre en el mercadillo de los miércoles de SanSe].
El problema del cambio climático es un problema acuciante. En la lucha contra el cambio climático debemos colaborar todos y todas: las instituciones, que son las obligadas a tomar las medidas oportunas; las empresas, que deben cumplir escrupulosamente con los protocolos de protección del medio ambiente; y la ciudadanía, que, a través del reciclaje y comportamientos cívicos respetuosos con el medio ambiente, debe contribuir a revertir esta terrible situación.
El reciclaje es una de las piedras angulares para reducir la cantidad de residuos que se están acumulando a marchas forzadas en los vertederos. El reciclaje no solo permite reducir el volumen de residuos, sino también el gasto de recursos, tanto materiales como energéticos, que son necesarios para producir los bienes. Debemos cambiar la forma en que producimos bienes por otra, racional y planificada, y debemos también cambiar la forma de consumir, desaforada, que nos impone el actual sistema económico.
Conseguir una economía circular conllevará los siguientes beneficios
• Menor consumo de recursos naturales.
• Incremento del porcentaje de uso de recursos renovables y reciclables.
• Reducción de las emisiones.
• Menor generación de residuos.
• Mantenimiento del valor de los productos, es decir, aumento de la vida de los productos, reutilización de componentes y preservación del valor de los materiales.
Una transición hacia ese modelo conducirá a la reducción de la generación de residuos y llevará a una mejor gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU). Para el año 2035, según las medidas derivadas de la aplicación del paquete de economía circular de la UE, solo podrá acabar en los vertederos un máximo de un 10% de los residuos municipales generados en cada país. El objetivo es tomar la senda del denominado vertido cero.
El vertedero de Colmenar Viejo
El problema de acumulación de residuos en la Comunidad de Madrid está llevando al límite nuestros vertederos. De hecho, el vertedero de Colmenar Viejo, donde vierten nuestra ciudad, Sanse, y otros 76 municipios, está a tope. La administración autonómica ha autorizado la ampliación de un quinto vaso, lo que ha desatado las protestas, más que justificadas, de los vecinos de dicho ayuntamiento. Según la Estrategia de Residuos de la Comunidad de Madrid (ERCM), más del 80% de los residuos van a parar a los vertederos de Alcalá de Henares, Pinto y Colmenar. La separación de envases tiene un mal rendimiento y la selección de resto y materia orgánica solo se hace en Valdemingómez, gestionado por el Ayuntamiento de Madrid.
El mercadillo de Sanse
Aquí es donde se puede ver la falta de una estrategia eficaz de reciclaje de residuos de nuestro ayuntamiento y falta de políticas adecuadas. Un ejemplo es el mercadillo, que se celebra los miércoles, en el parque de La Marina. La cantidad ingente de desperdicios que genera la venta no es tratada adecuadamente. Los vendedores ambulantes se limitan a echar los residuos en los escasos contenedores que hay (cinco para todo el recinto) o los dejan directamente en el suelo del recinto, sabedores de que luego llegarán las cuadrillas de limpieza. ¿Problema? Pues que la empresa que tiene a su cargo la contrata de limpieza de Sanse se limita a que los operarios de limpieza viaria recogen todos los desechos y los vierten en el camión grande que, como hemos dicho anteriormente, va directamente a verter al vertedero de Colmenar Viejo.
Recogida de enseres
Otro caso sangrante es la recogida de enseres y residuos que producen los comerciantes de Sanse, que o bien son echados directamente a los contenedores de recogida de restos o bien son depositados a cualquier hora del día o la noche al lado de los cubos. Esta situación, aparte de saturar los cubos, lo cual dificulta a los vecinos depositar sus propios residuos domésticos, genera también una sensación de suciedad permanente por la falta de un plan de recogida de los residuos de los comerciantes.
En definitiva, si no tomamos conciencia de la grave situación que se está generado en nuestra Comunidad Autónoma, en breve, la cantidad de basura no reciclada será un problema de tal magnitud que nos comerá vivos.
Revertir esta situación es tarea de todos, pero, sobre todo, de las instituciones, que son las que tienen que aportar soluciones pragmáticas y no cortoplacistas que contribuyan de forma eficaz a la resolución de este problema.
En este caso, y, tal y como se recomienda desde los organismos públicos, la forma más eficaz de hacerlo es reciclar in situ. Pero, para ello, el ayuntamiento se tiene que poner las pilas y asumir la parte de responsabilidad que le corresponde. No vale con hacer campañas ficticias de publicidad supuestamente ecológicas, sino que tiene que poner los medios necesarios.
No podemos seguir así, ya no solo por el medio ambiente, sino por salud pública y bienestar de la población. Además, es necesario reducir los residuos porque, ¿qué pasará después del final de la vida útil de las plantas de tratamiento? ¿Qué haremos con los residuos que generemos? Nuestra labor es muy sencilla, intentar generar los menos residuos posibles, separar los que generemos, y reciclarlo todo.