El domingo las tripas me la jugaron viendo al «Lacayo de las Azores». Me acordé de Pilar, mi Pilar Manjón. Compañera. Madre. Mujer y Víctima.
No sólo de ella. También del resto de madres y víctimas de aquel cruel 11 de marzo de 2004, de los que sufrieron la pérdida de alguno de los 193 fallecidos y de los 2057 heridos en el atentado de los trenes de cercanías de Madrid.
El Lacayo de las Azores, nieto de un periodista de medio pelo, volvió a demostrar su indiferencia ante el sufrimiento, – ¿tendrá alguna enfermedad? -. Ya había dado muestras anteriormente, enviando a nuestro ejército a… ¿A qué?.
Nunca nos explicó nadie qué pintaban nuestros soldados en Irak aunque fuese como «palanganeros del amigo americano».
Por mucho lavado de cara quieran darle no podrán lavar la sangre de sus manos ni tampoco el sufrimiento provocado a las familias que vieron truncadas sus ilusiones, los sueños y, por ende, el de todos nosotros. Caiga sobre José María Aznar y sus cómplices nuestro desprecio.
En nombre de José Couso, Julio Anguita Parrado y Pilar Manjón, madre y mujer.
Recuerdo, Memoria y Justicia.
Pedro Mayor