Algunos comentarios más para ir terminando.
En la entrega anterior, afirmaba que la tarea más revolucionaria que se puede hacer para conseguir que la sociedad progrese, es divulgar el conocimiento. Para ello, uno de los factores más determinantes en el desarrollo de esta tarea, es la de proporcionar información, y crear los medios que lo hagan posible.
Estos medios deben favorecer la veracidad, pluralidad, y han de ser participativos. Solo así, se facilitará que el análisis de los acontecimientos que verdaderamente suceden en el mundo, puedan contribuir a reconocer la realidad objetiva en la que vivimos. Esta condición permitirá proyectar el futuro con sensatez, orientándole hacia la emancipación plena de las personas.
Disponer de información veraz y actualizada, es un precepto constitucional de primer orden, del que depende en gran medida el sistema democrático. Precisamente, por la importancia que tiene para la sociedad que la ciudadanía tenga acceso a información veraz, las noticias falsas, tan habituales en nuestros días, son altamente peligrosas y una amenaza para el modelo democrático.
Su propósito, es dar una versión adulterada, fraudulenta y tendenciosa de la realidad, produciendo engaño, confusión y desconfianza, situaciones que degradan el espíritu democrático. Sin embargo, lamentablemente en el mundo de las comunicaciones, alojadas hoy en el ciberespacio, principalmente en las redes sociales, abunda todo tipo de informaciones falsas.
Consiguen, en muchos casos, a través de estas noticias confundir a la gente, logrando que se alejen de la realidad, lo que favorece los intereses de los especuladores y corruptos. Es la estrategia fundamental que en estos momentos está empleando la derecha, distorsionar la realidad para crear un estado de opinión que desestabilice el país, favoreciendo con ello sus políticas de recortes y usurpación.
Por ello, para la “izquierda” combatir las noticias falsas ofreciendo información veraz y contrastada, es una tarea de primer orden en la defensa de las ideas democráticas. La actividad informativa, ejercida con rigor y veracidad como recoge el código ético del periodismo, tanto para quienes lo ejercitan de forma profesional, como para aquellos/as que lo hacen de manera altruista, es la columna vertebral en todos los procesos de trasformación.
Para hacer frente a la pandemia de la desinformación, hay que construir medios de comunicación populares, basados en la honestidad, el rigor, y la participación. Así, se le proporcionarán herramientas a la ciudadanía para que pueda estar informada, y pueda adquirir conocimientos con los que entender mejor la realidad en la que viven.
El próximo artículo, será el penúltimo de esta serie de relatos sobre mi visión de los problemas sociales.
Alfonso.
TODOS SE MERECEN LA PUTREFACCIÓN MORAL QUE TIENEN.
Unos, por quedarse inmóviles y no mover ni un dedo por algún bien o por Dios. Otros, por dejarse engañar-manipular-instrumentalizar por grupos de mal ideológicos o de manipulación o de mal valorar. Otros, por callarse, callarse y mil veces CALLARSE cuando ven a una sinrazón-injusticia y no hacen nada, nada por ayudar al menos un poco al que lucha a razón. Otros, por hacer lo contrario al buenismo que presumen, sí, viven como en un teatro y todo en ellos es simulado e hipocresía. En fin, ¡todos merecen la mierda que les cae en las caras!, ¡todos! Y lo peor es que todos los medios de “comunicación’ españoles padecen AUTOENGAÑO CRÓNICO o CEGUERA DE CONVENIENCIAS (ellos mismos se lo guisan y ellos mismos se lo comen en esas infinitas mentiras que dicen). Así, con un quitarles las posibilidades a otra cosa, imponen la sinrazón en la sociedad.
Y que la VERDAD-LUZ se pudra por todos vosotros inclusive!!! José Repiso Moyano https://youtu.be/9ERO7-c3NYU