Ya es llamativo que en un país aconfesional las fiestas sigan siendo en honor a un santo de una determinada religión. Lo es aún más cuando ni sus devotos respetan a su venerable guía.
San Sebastián mártir santo patrón de nuestra ciudad. Icono gay y santo patrón LGBT. Esto no es conocido por muchos, pero no es una invención mía, es fácil de demostrar, basta con poner en el buscador “patrón de las personas homosexuales” y comprobarlo.
Estoy seguro de que al santo patrón no le gustarían las capeas ni ningún otro entretenimiento taurino, ya que en sus días los romanos tenían por costumbre divertirse en los circos con espectáculos de lucha de hombres con las fieras, el toro era una de las principales. Los reos eran echados a las fieras, pena muy frecuente a la que eran condenados los primitivos cristianos, grupo al que pertenecía y por lo que fue ejecutado. Le sería más grata una fiesta en su honor como el orgullo, sin duda.
Qué bonito sería celebrar el orgullo LGTBI de invierno en Sanse, cuánto dinero traería a nuestra ciudad, además del reconocimiento mundial por ser un pueblo tolerante y moderno, pero eso es un sueño, al menos de momento. Se nos conoce como taurinos sin serlo.
Este año más que nunca lo que el consistorio nos ofrece son: fiesta infantil toros para niños, toro de fuego, encierros infantiles, capea, gala del toro, trashumancia infantil, más capea más encierro infantil, charlas, coloquios, premios… todo con un centro común, la industria taurina.
Llama mucho la atención lo de las tradicionales capeas. La capea que se inventa para enero fue parte de las fiestas unos pocos años durante algunos mandatos de la izquierda, hasta que con el PP en el poder se dejó de celebrar sin más revuelo que el de cuatro vecinos del centro del pueblo, que fueron escuchados en 2016 nada más regresar la izquierda al poder municipal.
Este año 2020, ya capeas pues por primera vez son dos. Para el año que viene ya serán tradicionales, como la tradicional trashumancia que solo ha tenido lugar dos veces desde que se fundó Sanse. Demostrada la peligrosidad (después de algunos heridos) de mezclar animales de casi 1000 kilos acostumbrados a vivir en el campo, con gente de fiesta en el casco urbano, tuvieron que desistir de su empeño. Aquella trashumancia derivó en la “tradicional trashumancia infantil” incluida en las actividades para niños en las fiestas de agosto en los dos últimos años. Este año como novedad en las fiestas de invierno, además de una segunda capea, también “trashumancia infantil” (encierro “txiki” para niño encubierto, prohibido por la ley).
Las fiestas las organizan las peñas y entidades taurinas, no hay mas que hojear el programa de fiestas, así lo reconoce el vicealcalde en declaraciones a Crónica Norte el 15 de enero del presente año.
Martín Perdiguero ha explicado que “estas fiestas son, además, una muestra más de participación ciudadana, con el peso de las más de 20 peñas y entidades que han colaborado en este programa, ya que el 90% de la organización de las actividades recae en ellas”.
¿Como se puede dar la organización de unas fiestas a un sector muy minoritario dentro de la población? La respuesta debieran darla desde el ayuntamiento.
Sería injusto culpar a Martín Perdiguero de este rumbo al que se ven obligadas las fiestas, esto no es algo que se esté haciendo ahora, es continuidad. No hay que olvidar, el gobierno municipal está compuesto por PSOE+Cs y Narciso Romero Morro es el alcalde igual que lo fue en la legislatura anterior con otros compañeros de gobierno, PSOE+Izquierda Independiente+ Ganemos, que hicieron prácticamente lo mismo en lo tocante a festejos.
(No fue Ciudadanos quien en la legislatura anterior trajo dos años seguidos legionarios a desfilar por las calles)
En resumen, más de lo mismo, pero aun peor, este año se ha batido el récord de poca participación. Lo evidencia la nula presencia gráfica en ninguno de los actos taurómacos programados, aun así, mentirán como de costumbre y dirán que ha sido un éxito.
Las fotos que ilustra el articulo pertenece a la capea del sábado 19 de enero de 2019, capea del 18 de enero 2020 y capea 19 de enero 2020. En ella podemos ver la gran afluencia de vecinos que según el Gobierno municipal son gustosos de estos divertimentos y una pancarta con el mensaje de “SANSE ES TAURINA” robando la opinión y decidiendo por los 90.000 habitantes de nuestra ciudad que faltan en la plaza. En mi opinión por lo visto y demostrado “SANSE NO ES TAURINA” ni su santo patrón tampoco, aunque le pongan cuernos hasta a los fideos de la sopa.
Luca Brassi