¿Qué convierte a alguien en nuestro vecino? ¿La escritura de su casa? ¿Pagar impuestos en el mismo ayuntamiento que uno mismo? ¿Su partida de nacimiento? Si seguimos esos criterios seguramente excluiremos a mucha gente que vive a nuestro lado, los que no poseen casa o vehículo propio, y a la legión de ciudadanos de Sanse que nacimos en La Paz o mucho más lejos.
Estaremos de acuerdo, entonces, que un vecino es quien hace su vida cerca de donde nosotros hacemos la nuestra. No todos nos caemos igual de bien, ni a todos nos gustan los hábitos de los demás ni, incluso, lo que piensan, pero es lo que somos. Podemos molestarnos a veces, ponernos nerviosos los unos a los otros pero supongo que pensamos que nunca dejaríamos que se los llevaran a la fuerza a un centro del que tendrían escasas posibilidades de salir.
Se están llevando a nuestros vecinos. Los gatos que nacen o son abandonados en nuestras calles, que sobreviven como pueden con o sin ayuda de los que son solidarios con ellos, que paren e intentan sacar adelante a sus camadas en un solar o en un párking.
Como decía, no todos los que vivimos aquí nos gustamos, pero no creo que nadie esté de acuerdo, bajo ninguna circunstancia, en que el secuestro y el sacrificio sea una solución para la convivencia. Quitar la vida a quien no tiene nada más, por unos maullidos o un comedero debajo de un coche…
Quien ha convivido con animales sabe que tienen emociones, estados de ánimo, sentido de la familia y apego a su hogar.
De los animales que se llevaron en 2014, pagamos con nuestros impuestos la muerte de 26, según datos del Ayuntamiento que nos gustaría fueran más detallados. Si hablas con las alimentadoras, los 38 gatos contabilizados como recogidos les parecen muy pocos.
En Madrid, según un documento de Madrid Salud (Memoria Anual 2014 Madrid Salud) en su Centro de Protección Animal fueron eutanasiados 2.566 animales, 480 perros y 2.086 gatos. Sobre diez animales cada día laborable se decidió que no vivirían un día más. ¿Con qué justificación? ¿Qué grave amenaza suponían? ¿Estamos de acuerdo?
Podemos hacerlo mejor. Queremos ayudar a nuestros vecinos y convivir, sabemos el modo de hacerlo. Sacrificio 0.